Semana Santa
Por una vez, la Semana Santa puede llegar a significar eso, no porque los viajes de recreo o simplemente unos días de descanso de los de antes de este descanso obligado y agotador no puedan ser santos, todo depende de cómo se utilizan. En el hebreo bíblico, la palabra “santo” expresa la idea de separación, y en el ámbito religioso se aplica a todo aquello que es apartado del uso corriente o es tenido por sagrado. Jehová el Dios de la Biblia es santo en sentido absoluto, y por eso se le llama el “Santísimo”. Lo que significa la muerte en sacrificio de Jesús, es lo que da lugar a la Semana Santa, y es la única celebración que se le pide al cristiano. La Biblia explica: “Al fin cuando llegó la hora, (Jesús) se reclinó a la mesa, y los apóstoles con él. Y, aceptando una copa, dio gracias y dijo: ‘Tomad esta y pasarla entre vosotros...’ También tomó un pan, dio gracias, lo partió, y se lo dio a ellos, diciendo: ‘Esto significa mi cuerpo que ha de ser dado a favor de vosotros. Seguid haciendo esto en memoria de mí’” (Lucas 22:14, 17-19)
Memoria, memorial, tiene que ver con la conmemoración anual de un hecho: la muerte de Jesús como pago correspondiente como rescate para la humanidad, vendida al pecado y la muerte. Podemos explicarlo así: Jesús no nació con el pecado heredado de Adán, no nació imperfecto, nació como Adán antes de pecar y perder la perfección, fue fiel, supero todas las pruebas y contaba por tanto con una vida eterna por delante. Si como a un segundo Adán, Dios le hubiese dispuesto una esposa perfecta, habría podido producir hijos perfectos, creados para vivir siempre, pero el resultado hubiese sido dos humanidades, una muriendo procedente de Adán y otra viviendo procedente de Jesús.
¿Cuál era el propósito de Dios? Proveer un rescate para la humanidad. Jesús sacrificaba su derecho para que se valieran de él los que muriendo llegaran a poner fe en su sacrificio, estos, por decirlo así, vienen a ser hijos de Jesús por medio de fe. Para estos hay un futuro, una vida cuando Dios dé por terminado el plazo dado al hombre, para que quede probada toda expresión, toda forma de gobierno, toda propaganda engañosa, que ya no suscitará nunca otra rebelión. ¿Qué?, ¿nos animamos a conocer por fin en que consiste el cristianismo y su consecuencia? Os dejo tema para vuestro tiempo libre: (1 Corintios 15:45, 21, 22), (1 Corintios 10:20), (Juan 17:3,17), (Salmos 37) y os deseo que disfrutéis de estas “buenas noticias” (evangelio).
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