Por quien no suenan las campanas
Cada tarde, a las 20 horas, sale la ciudadanía a aplaudir a los sanitarios, sometidos a un gran estrés por la peste del coronavirus. Estos profesionales han respondido muy bien incluso sin el suministro de suficiente protección, para llevar a cabo su cometido. Merecen nuestro aplauso también militares, Guardia Civil, Policía, empleados de limpieza, trabajadores de suministro, transporte y los múltiples servicios de atención ineludible. Estos también deben ser aplaudidos con gran calor.
Con el apoyo y oración recordamos a los enfermos, que sufren, con sus familias, en estas circunstancias. En particular a los ancianos, tantas veces solitarios. Existen, sin embargo, miles de personas fallecidas, la mayoría ancianos, algunos en condiciones discutibles y sin el merecido tributo familiar y ciudadano.
Por ellos es por quien no suenan las campanas.
Sólo, con el llanto de los suyos, la Iglesia y el Papa les recuerda diariamente con oración, atenciones y misas.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo

