La Nueva España » Cartas de los lectores » Tribuna » Un tren de alta velocidad más potente y rápido que el COVID-19

Un tren de alta velocidad más potente y rápido que el COVID-19

9 de Abril del 2020 - María del Carmen Inés Fuenteseca

Se ha puesto en marcha un nuevo tren de alta velocidad, que recorre todas las ciudades y pueblos de nuestro país. Se han habilitado vías para que circule libremente y sin obstáculos, lleva un nombre precioso: Solidaridad. Nunca la marca España estuvo tan presente como ahora. Este AVE es el más potente y rápido del mundo, producto de la unión de todos los españoles. Aquí no hay vagones de primera o segunda, todos son VIP, salvo un vagón desechable. Es lo que le hace singular y modélico. Su velocidad es tan grande que ya puede superar con creces al COVID-19. La buena noticia es que este transporte ya se extiende por todo el mundo. Se me ocurre hacer una semblanza de sus pasajeros, aunque esta joya española siempre está dispuesta a incrementar sus vagones dada la gran demanda para viajar:

Locomotora: Todo el personal sanitario que se deja la piel “tirando” de este inmenso convoy en el que nos va la vida. Los investigadores y científicos que se esfuerzan en encontrar una vacuna lo antes posible o paliar con nuevos fármacos la infección. Quienes cuidan de nuestros ancianos en los geriátricos, los que despachan los medicamentos en las farmacias, quienes hacen las mascarillas como pueden, los trajes de seguridad e inventan fórmulas extraordinarias para hacer respiradores, test y todo tipo de aparataje para ayudar a “vivir”. Cruz Roja y sus voluntarios. Los psicólogos, los ambulatorios, centros de atención primaria, los conductores de ambulancias, camilleros, celadores, personal administrativo, los que mantienen los hospitales y demás instituciones limpias, esmerándose en su trabajo de desinfección, los empleados funerarios, todos ellos y más, se exponen por nosotros para que la vida prevalezca y con su ayuda solidaria lo están logrando. Viajan también en esta locomotora las nuevas tecnologías como soporte vital para la Sanidad y el conjunto de la sociedad.

Vagón de seguridad: Las fuerzas del orden y seguridad del Estado (Guardia Civil, Cuerpo Nacional de Policía, Policías Locales y Autonómicas, Emergencias, 112, HUMES, Bomberos, y todo el voluntariado que se mueve con eficacia y generosidad, todos ellos nos aportan seguridad y confianza, además de ayuda en cualquier situación, son los ángeles guardianes de nuestra sociedad.

Vagón de supervivencia y logística: Es nuestra despensa. Los agricultores y ganaderos, la logística de la alimentación, los empleados de supermercados y tiendas, los reponedores de existencias, los que sirven a domicilio, los que nos mantienen con víveres y demás enseres necesarios para el día a día con su generosa entrega, porque además de padecer el COVID-19, también comemos. Los marineros que siguen faenando con el corazón roto por la baja en sus capturas, pero ahí están con sus pescados brillantes y frescos.

Vagón de la educación infantil y estudiantes en general: Ahí viajan nuestros profesores de colegios y universidades, todos con el gran esfuerzo de ayudar a “motivar” a la grey infantil con los deberes y a los jóvenes con las tareas educativas y formadoras. Gracias a la informática estamos conectados y todo el mundo estudiantil recibe prontamente sus clases y están en contacto con sus profes. Esta gran labor educativa está ayudando a los hijos y a los padres a conciliar tareas en sus hogares y hacer que la cultura prevalezca una vez más sobre este “enemigo invisible” y, para ello, los educadores son imprescindibles. Los niños y los jóvenes son un crack, el ejemplo más vivo de la resistencia, alucinantes.

Vagón familiar: Héroes anónimos que teletrabajan en sus domicilios, atienden a sus hijos y mayores y ayudan con su aportación a mantener vivo el sistema.

Vagón de la Iglesia: Siempre en marcha desde hace décadas y ahora con un esfuerzo extraordinario a través de sus organizaciones: Cáritas, Cocina Económica, Mensajeros de la Paz, Misioneros, proyectos de reinserción social, Teléfono de la Esperanza, capellanes de hospitales y residencias, medios de comunicación que traen consuelo espiritual a miles de personas sanas y enfermas. La Iglesia como Madre de todos, santa y pecadora, pero Madre…, acoge sin reservas al desvalido, al desesperado, al anciano, al niño y al joven desprotegido, al mendigo y al privado de cualquier oportunidad. No hace excepciones de ideologías ni credos. Simplemente acoge, recoge y expande la generosidad como es su trabajo.

Vagón real: Lo he situado en el medio del convoy. Me parece que la figura del Jefe del Estado, S. M. el Rey D. Felipe, y su familia deben viajar rodeados del respeto que se merecen por todos los españoles.

Vagón general de la ayuda humanitaria: D. Amancio Ortega, contagiando con su generosidad a entidades bancarias, empresas nacionales y multinacionales, particulares y de todo tipo que están trabajando para que los suministros lleguen a todas partes, dando servicios y medios para paliar esta situación. Empresas preocupadas por sus trabajadores, ofreciendo anticipos a la espera de los ERTE. Miles de voluntarios que se expanden a más velocidad que el COVID-19 para hacer llegar materiales, enseres, víveres a los desprotegidos de la vida, a los ancianos solos, a los necesitados. Las ONG, comprometidas con un gran trabajo solidario. La minería desplegada para hacer llegar ayuda a domicilios.

Vagón de los medios de comunicación social: Periodistas, prensa escrita, comunicadores, televisiones, radios, redes sociales y todos aquellos que ponen lo mejor de sí mismos para hacernos llegar una información veraz y siempre manteniendo el ánimo y la esperanza. Igualmente destaco a quienes tienen que conducir programas de entretenimiento, porque su labor es imprescindible. Una sonrisa es como un tesoro, y la “prensa rosa” tiene todos mis respetos. Todos los medios están haciendo un gran esfuerzo, cambiando o adecuando sus formatos a la situación actual, con profesionales de la salud, de la economía y de la psicología que nos ayudan a entender esta situación de la mejor manera posible y a sobrellevarla. Viajan también todos los profesionales que no se ven, pero que están en los controles, las redacciones, los técnicos.

Vagón del transporte en general: Conductores de autobuses, camioneros de corta y larga distancia, taxistas, transportes aéreos y marítimos, ferroviarios, tractoristas.

Sumario: La configuración de un medio de locomoción en el que estamos todos embarcados

Destacado: Un simple bichito microscópico ha trastocado al mundo entero, ha dado al traste con la soberbia y todas las fruslerías humanas, para situarnos en una realidad diferente que debemos asumir

Vagón de empresarios y autónomos: Aquí van todos aquellos que tienen la responsabilidad de velar por sus empleados, poniendo en marcha todas las medidas necesarias para que puedan seguir subsistiendo, siendo generosos con este momento tan delicado que pasamos y que superaremos, porque esos mismos empleados sacarán a nuestro querido país de este bache económico. Viajan igualmente los autónomos, que trabajan sin descanso para sobrevivir y darnos servicio en sus respectivas áreas. Ellos conforman un tejido empresarial denso que saldrá adelante con toda seguridad. No olvidemos a la industria en todos sus ámbitos como parte de la fortaleza de nuestro sistema económico.

Vagón cultural y de las artes: Actores, escritores, músicos, cantantes, poetas, pintores, escultores, directores de cine y teatro, y todo el personal que genera sus actividades. Ellos son la luz en la sombra…

Vagón oficial: Viajan los gobernantes y representantes de las instituciones, ya sean nacionales, autonómicas o locales, de todo tipo. Ahora toca estar todos unidos. Me imagino lo duro que debe de ser la toma de decisiones que nos afectan de forma tan directa y lo difícil de conducir una situación como la que vivimos y la altura de miras y generosidad que se precisa para hacer este cometido. Es un gran momento para la reflexión…, y la acción. En este transporte también van los funcionarios, personal de mantenimiento de infraestructuras y todas aquellas entidades al servicio de la población general.

Vagón de las mascotas: Es muy divertido, viajan en él nuestras mascotas, las que hacen la vida agradable a niños y ancianos, los que suministran sus alimentos, las protectoras y asociaciones y las personas que de forma altruista están cuidando de los animales de pacientes hospitalizados por el COVID-19. Todos ellos nos aportan momentos de ternura imborrables. Tienen bien merecido viajar en este tren.

Vagón desechable: Este transporte contiene los excrementos que deja este virus y que no queremos en nuestras vidas nunca más: la soberbia, la imprudencia, la falta de caridad, la vanidad, el rencor, los odios, las inquinas, la envidia, la corrupción, el ansia de poder, los individualismos, la violencia, la manipulación, la mentira, la falsedad y la enemiga más peligrosa…, la inacción. He pensado que este vagón debe ser desenganchado del convoy general y llevado a una “vía muerta”, y que nuestros queridos mineros lo “dinamiten” como solo ellos saben hacerlo.

Desde mi casa tengo todo el tiempo del mundo para pensar en esta situación que estamos atravesando, ¡qué necesitados estábamos de la Humildad! Un simple “bichito microscópico” ha trastocado al mundo entero, ha dado al traste con la soberbia y todas las fruslerías humanas, para situarnos en una realidad diferente que debemos asumir. Cada día me siento más cerca de todos los seres humanos, cada día tengo más esperanza en que la vida nos traerá algo mejor, sin olvidar a los que han partido y que están en nuestros corazones, ellos y sus familias, pero el tren sigue su camino, vía única… Pienso lo vulnerables que somos y lo poderosos que podemos llegar a ser cuando dejamos los individualismos para compartir, para unirse a los demás y crear esta potentísima vacuna de la solidaridad, imparable, eficaz, arrolladora, contagiosa y que debemos de conservar en nuestra memoria colectiva y transmitirla a otras generaciones. Estoy orgullosa de ser española porque España es un gran país y lo vamos a levantar entre todos.

Cuando cada día me sumo al aplauso de las 20.00 horas, me emociona comprobar cómo las ciudades y los pueblos están vivos y llenos de héroes, heroínas y ángeles. Nunca me sonaron mejor, las sirenas, las trompetas, los pitidos, las cacerolas, las bocinas de los coches e incluso algún petardo que otro.

Espero con impaciencia el repicar de campanas y la alegría del mundo entero por haber derrotado a tan “silencioso enemigo”. Si te quieres y me quieres y hemos aprendido la lección de vida… ¡Quédate en casa y cuídate!

Cartas

Número de cartas: 45573

Número de cartas en Julio: 34

Tribunas

Número de tribunas: 2069

Número de tribunas en Julio: 2

Condiciones
Enviar carta por internet

Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.

» Formulario de envío.

Enviar carta por correo convencional

Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:

Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo
Buscador