Médicos, dioxinas e incineradoras
No es mi intención inculpar a los médicos de Asturias, Dios me libre, sino instarles a observar, analizar, reflexionar, investigar y comprobar la veracidad de los datos sobre la incidencia en la salud por causa de las incineradoras de residuos urbanos en vista de la que nos quieren instalar en Asturias. Con ello les quisiera recordar cuatro de los puntos del juramento hipocrático, quienquiera del tradicional o del propuesto en su actualización a estos tiempos por la asamblea general de la Asociación Médica Mundial en la Declaración de Ginebra, que ellos bien conocerán: Prometo solemnemente consagrar mi vida al servicio de la humanidad. Ejercer mi profesión a conciencia y dignamente. Velar ante todo por la salud de mi paciente. Velar con el máximo respeto por la vida humana.
A esto añadiré algo que no es suficiente pero que puede valer para comenzar cada cual una investigación por su cuenta. La Asociación de Médicos Mallorquines, en un manifiesto que ha hecho público, dice: «Los contaminantes atmosféricos resultantes de la incineración causan enfermedades respiratorias, alérgicas y disfunciones del sistema inmunológico humano. El incremento de la exposición a las dioxinas aumenta la posibilidad de padecer cáncer. El carácter bioacumulativo de estas sustancias explica que puedan acumularse en el cuerpo y transmitirse, a través de la leche, a los hijos. La utilización de la atmósfera como un estercolero acarrea una acumulación de contaminantes en el suelo, la vegetación y los animales.
La Asociación de Médicos Alemanes también cuenta que la incineración convierte la basura más o menos benigna en un material con gran contenido en compuestos tóxicos. El doctor Knebush ha demostrado en Alemania la relación entre los niveles crecientes de dioxinas emitidos por las plantas incineradoras de RSU y la presencia de dioxinas en la leche de las madres que viven cerca de las zonas de emisión de estas incineradoras. No olvidemos que las dioxinas son el producto más cancerígeno creado por el hombre.
José Cruz Ruiz Villandiego, médico y miembro del grupo de estudios Incineración y Salud, escribe que no quieren en Guipúzcoa que «... en especial nuestros hijos sean el referente de estudios de incidencia de cáncer y otras patologías para ser mostradas en congresos y foros médicos de otras partes del mundo como consecuencia de tener una incineradora de basuras en proximidad».
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