¿Y después de Obamatero?
Cierto que, para bastantes conciudadanos, ZP es el especimen o muestra rara, dentro del entorno de jefes de gobierno europeos, cristalizado de esta estirpe que hoy vive de la política, y que asuela el país. Incapaz de ser solución de una crisis que si, cierto, él no provocó en su origen, también cierto que, su farsa adornada y su ideología e incapacidad para hacer nada serio, nos «elevó a la champions europea» como número uno en paro, el doble que la media europea. Cierto que, dos años perdidos, mintiendo y negando la crisis, le obligaron, por la presión exterior, a improvisar medidas, sin orden ni concierto. Así fue, contra las capas sociales más castigadas. Y ahora otra vez, para dar «carnaza rica», cual Robin de los Bosques, a sus descontentos radicales de izquierda.
Cierto que en los cabales de cualquier persona normal y dueña de una empresa no tendría sentido y sería de un «masoca» insensato el mantener como responsable a un gestor que, por sus resultados, se sabe incapaz e inexperto, y encima te niega y esconde las cuentas y resultados. También es cierto que si, en perjuicio de los propios intereses económicos y a pequeña escala, nadie contrataría a un incompetente, sí que lo hacen, ¡por desgracia!, muchos conciudadanos nuestros con su voto, contratando a un inexperto e irresponsable que gestiona nuestra mayor empresa, la nación. Cierto que, detrás, hay razones del tipo «mamandurria y chiringuitos», ignorancia y falta del discernir o pensar, partidismo y esclavitud ideológica a ultranza..., sin excluir el «manoseo» de la libertad juvenil. Cierto que un elemental razonamiento nos hace preguntar: ¿por qué ante un ZP que negó de plano la crisis y luego la enmascaró con «brotes verdes», los sindicatos mayoritarios no se movieron, como sí lo hubieran hecho con otro presidente? Cierto que la lógica nos haga pensar: ¿qué pasaría si en España y EE UU gobernaran «los otros» y el presidente de aquí recibiera una llamada del presidente de allá, presionándole para tomar medidas del calibre que aquí tomó ZP? Cierto que el «progre» y sectario de izquierdas, ventajista o subvencionado, etcétera, no quiera oír nada si le cuestionas esto y... hasta (muy frecuente) te «desempolvaría tu fascio». Cierto que ZP no siente vergüenza de ver y oír sus discursos plagados de mentiras y falsas expectativas. Cierto que tocan tiempos de progresía, relativismo, pensamiento débil y casi único. Cierto que la sociedad se esclaviza de todo tipo de moda, pensamiento políticamente correcto, etcétera, y que, dada la influencia de los medios, ahora toca el «obamaterismo». Cierto que en España este tipo de cultura se traduce en «mercadeo» de la dignidad humana (ver descuentos para abortar con el carné joven en Andalucía y en el instituto valenciano de la juventud, y el favor a empresas abortistas).
Y cierto que, aquí, esto se traduce en la «expropiación obligatoria» de las convicciones de los padres para con la educación de sus hijios (ver educación para la ciudadanía), etcétera.
En fin, cierto esto, aquello y muchas cosas más, pero... ¿y si por casualidad, «marchamos» a «obamatero»?, ¿después ¡qué!...? ¿Quién garantizaría hoy una sociedad fuerte e incorrupta en sus instituciones, en su unidad y en sus valores? ¡Qué envidia la colaboración en las recientes elecciones inglesas y... qué mala suerte la nuestra de tener una izquierda tan sectaria y distinta al entorno europeo! Y sin embargo, aquí... dos maneras de ver este país, su historia, y que no se ponen de acuerdo con lo esencial.
Cosme Ruiz Pérez
Gijón
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