¿Nos convertiremos en una sociedad de ciudadanos burbuja?
En los últimos días no dejo de leer infinidad de artículos en distintos medios de comunicación sobre las consecuencias que vamos tener que acarrear como sociedad debido a la actual situación que estamos viviendo, y cómo estas repercutirán en nuestro futuro próximo. Deberemos ser conscientes que cuando por fin podamos despedirnos del actual confinamiento ya nada volverá a ser como antes.
Será necesario replantearse nuestras prioridades económicas, tanto desde la esfera ciudadana como la política, e invertir más de nuestros recursos en sanidad, en investigación y sobre todo en las medidas que deberemos adoptar de ahora en adelante para proteger el medio ambiente, frenar el cambio climático y con ello todos los devastadores efectos que esto nos puede acarrear.
Dentro de este cambio de paradigma y de manera paralela a los forzosos cambios y medidas que hemos tenido que adoptar para conseguir una estabilidad como sociedad, surge el teletrabajo como opción alternativa que, predeciblemente y casi de la noche a la mañana, será aceptado como práctica habitual en la mayor parte de las empresas.
Y dentro de estos cambios y medidas para lograrlo, ¿qué pasará con el resto de actividades que requieren de contacto social? ¿Qué pasará con los conciertos, los eventos deportivos, las clases de baile, las discotecas y demás acontecimientos sociales que requieran de un contacto multitudinario? ¿Estamos realmente asistiendo a su extinción de la manera que los conocemos actualmente? El hombre, como ya decía el filósofo Aristóteles, “es un ser social por naturaleza”, hecho sine qua non que nos caracteriza desde nuestro nacimiento y que desarrollamos a lo largo de nuestra vida. ¿Deberemos pues renunciar a ese contacto físico que nos hace tan humanos y vulnerables, que nos hace empatizar con otras personas para mostrarles nuestro apoyo y ayuda en los momentos más difíciles?
El ser humano ha rozado el apogeo tecnológico de consolidar una sociedad digitalizada capaz de utilizar esos recursos para afrontar y resolver cualquier crisis de forma rápida y eficiente, pero no me imagino una sociedad donde todos vivamos como niños burbuja, una sociedad propia de las más inquietantes películas de ciencia ficción que nos presentan una distopía postapocalíptica que aún no conocemos o no simplemente no estamos seguros de llegar a comprender.
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