No nos merecemos esto
Llevamos un mes de confinamiento y me da la impresión de que la tensión crece día a día más en la clase política que en la ciudadanía, cuando tenía que ser al revés. La mayoría de las gentes salvo casos anecdóticos, pues estamos hablando de millones de habitantes, está cumpliendo con serenidad y responsabilidad las normas dictadas desde el Gobierno sobre encerrarse en casa, salir lo necesario y adoptar medidas de protección. Solamente hay que mirar las calles para comprobarlo.
Sin embargo, lo que leemos, oímos, vemos en los medios y las redes sociales es un tiroteo cruzado entre los dirigentes políticos más propio de una batalla electoral -campal- que de una crisis sanitaria y económica de unas dimensiones hasta ahora desconocidas. Porque es lógico que existan discrepancias sobre cómo se abordan las medidas para salir cuanto antes de esta situación excepcional, pero el tono no corresponde a personas educadas y mucho menos a representantes del pueblo. Lo primero es acabar con la pandemia, y lo segundo, recuperar el tejido económico.
Los plenos parlamentarios casi vacíos resultan chocantes y descorazonadores. Acusaciones sobre los muertos que "llevan a la espalda" o las incompetencias en la compra de materiales de protección son de una falta de sensibilidad para las familias afectadas y de mucha hipocresía cuando existe un Estado descentralizado para gestionar temas de salud. Además, oposición (no es oponerse a todo) y Ejecutivo tienen la obligación en estas circunstancias especiales de sacar al país de este tsunami; después ya se pedirán responsabilidades a todos los niveles si las hay.
Luego están los medios de comunicación machacándonos a todas las horas con lo que dijo y dijeron, junto al terrible parte diario de afectados y los catastróficos augurios para la economía, queriendo amargarnos aún más el hecho de no poder salir a pasear, ver a los abuelos o ir al bar con los amigos. ¿Pero qué maldición nos echaron para flagelarnos diariamente?
Nos queda desahogarnos aplaudiendo a todos los que siguen trabajando, representados en los sanitarios, que son los que se enfrentan más directamente a la muerte. También dedicarnos a leer o ver pelis, con tal de no saber del triste espectáculo que dan algunos políticos que no saben estar fuera del Gobierno. ¡Ya os tocará, pero hay que hacer méritos leales para alcanzarlo!
Mientras hacemos los deberes, vosotros, a cumplir con la tarea que asumisteis al presentaros. Queremos volver a la normalidad cuanto antes, no nos merecemos esto.
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