Abusos en cuarentena
Estimado señor director:
Si el confinamiento es malo de llevar, nadie se puede imaginar lo que puede ser hacerlo sin poder dormir una sola noche.
Vivo en un piso de la avenida de Portugal y al propietario del piso de arriba, una conocida e influyente agencia de transportes y viajes de Gijón, con oficina en la propia avenida de Portugal, que dedica ese piso a actividad turística, le condenaron en sentencia ya firme a desinstalar todos los aparatos eléctricos que tenía en dicho piso, ya que entre ellos se encuentran cinco neveras pequeñas, una en cada dormitorio, que transmiten por las paredes y los techos una vibración insoportable por las noches y que excede de los decibelios permitidos (de ahí la sentencia que les obliga a desinstalarlas).
Aprovechando el estado de alarma, el ocupante actual del piso, que es pariente de la propiedad, sin necesidad alguna, pues las habitaciones no tienen huéspedes actualmente, nos somete todas las noches al ruido infernal de las neveras y ni siquiera los medicamentos que tomamos para dormir nos hacen ya efecto, pues hace más de un año que estamos bajo el yugo de este ruido. A ello se añade el hecho de que, a horas intempestivas de la madrugada, "adorna" ese ruido con la puesta en marcha de la lavadora y la secadora sin que podamos comprender la necesidad de hacerlo a esas horas.
Ni la Policía Nacional ni la Local pueden hacer absolutamente nada pues se trata de un caso ya juzgado en el que solo falta la ejecución de la sentencia, cosa que quedó súbitamente parada con el decreto del estado de alarma.
Lo único que me queda, pues, es poner esto en conocimiento de la sociedad gijonesa, ya que en estos tiempos que vivimos tal falta de sensibilidad y solidaridad como la que muestra el ocupante de la vivienda debe ser denunciada.
Muchas gracias por su atención.
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