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El panorama mundial actual, una pesadilla

4 de Mayo del 2020 - David Caldevilla Collado (Oviedo)

“Que toda la vida es sueño

y los sueños, sueños son”

Calderón

“Soy hombre, nada de lo humano

me es ajeno”

Terencio

Se equivoca el Sr. Kissinger al calificar de “surrealista” el panorama mundial actual. El término “surrealismo” acuñado por Guillaume Apollinaire en 1917 durante la presentación de un ballet de Satie hacía referencia a un movimiento cultural surgido durante el período de entreguerras que recelaba profundamente de la sociedad materialista burguesa por considerarla responsable de la primera guerra mundial y sus terribles consecuencias. Es este el caso de una de tantas palabras que de tan masuñadas terminan desfigurándose y perdiendo su auténtico valor semántico. Propugnando la libre expresión del funcionamiento real del pensamiento este colectivo de artistas proponía romper los rígidos moldes de las convenciones sociales existentes oponiendo los instintos, el deseo o la rebelión sin que todo ello se viera amenazado por la censura del superego. Desgranando el concepto constatamos entonces la amplitud de su contenido y lo reduccionista de su empleo aquí y por la propia RAE que en su acepción más aclaratoria lo relaciona con algo “irracional” o “absurdo”.

Nada tiene la actual situación de sueño “irracional” o “absurdo” y sí de pesadilla consecuencia directa del sistema económico capitalista y sus desmanes. Todo esto lo sabe muy bien el Sr. Kissinger al que Thomas Wolfe no dudaría en calificar de “amo del universo” y a quien yo coloquialmente me referiré como oscuro fontanero del estado de las distintas administraciones de los Estados Unidos de América.

Salir ahora a la palestra erigiéndose en garante de los principios de la Ilustración y la pisoteada legislación internacional es inconcebible o un ejercicio de hipocresía mayúscula en alguien que hasta anteayer no era sino el paladín de la doctrina económica dimanada de la Escuela de Chicago, defendida a sangre y fuego por la CIA y que convirtió a los EE UU sobre todo a raíz de los atentados del 11-S en la “justicia mundial”; ignorando cuando no maltratando cualquier organismo internacional que se opusiera a sus intereses.

La falta de coordinación y recursos hoy en día a nivel internacional en la lucha contra el COVID-19 sólo es atribuible a las distintas posturas aislacionistas-nacionalistas de las que EE UU es su adalid fundamental y que han terminado por poner en evidencia la falta de previsión de la comunidad internacional ante los desafíos globales, llámense estos pandemia o cambio climático. No se puede reclamar ahora confianza en las instituciones cuando se lleva años realizando una labor de zapa de las mismas en beneficio de los intereses del gran capital.

El mantra “es la economía estúpido!” debe ser abolido en beneficio de “son las personas estúpidos!”. Quizá precisamente desde Brenton Woods pero con más exacerbación si cabe durante las últimas décadas la economía ha pasado a ser la piedra angular del sistema pasando por encima de las personas y dejando a estas en un segundo plano. La economía debería estar al servicio de las personas y no las personas al servicio de la economía. Si el criterio de rentabilidad económica no se hubiera impuesto tan descaradamente y con una desfachatez tan vergonzante sobre el derecho a la existencia tal vez ahora no estaríamos hablando de esta pandemia, la Big Pharma no existiría, los recortes en sanidad no se habrían producido y la vacuna contra el COVID-19 sería un hecho.

El mundo, Henry (te voy a informar yo en caso de que tus servicios de información no estén haciendo bien su trabajo) ya estaba ardiendo antes de la pandemia. Ardió Irak, ardió Afganistán, ardieron Argentina y Grecia por las crisis económicas, arde Palestina, arde Eritrea, arde París, arde a la puerta de cualquier clínica americana donde se niega la asistencia sanitaria sino es previo pago...

Aún nos cuestionamos el cambio climático…?

Vivíamos ya en un planeta en llamas donde la industria armamentística ocupa el primer lugar en el ranking seguido del tráfico de sustancias estupefacientes “ilegales”, donde la esperanza de vida varía considerablemente en función del lugar que ocupes en el mundo debido al desigual reparto de la riqueza, un mundo inmerso en una crisis perpetua en una pendiente descendente que por fin parece haber tocado fondo. Esto no es sino un punto de inflexión que nos debe hacer reconducir los errores para no reproducirlos en el futuro.

La pregunta que toca hacerse es: qué fuerzas económicas y financieras dominan los estados?

Efectivamente, el Viejo Orden se derrumba, como se derrumbó el feudalismo y caerán todos los sistemas caducos que niegan al ser humano. Es la lógica trayectoria de un sistema basado en la explotación del hombre y los recursos naturales en el que las crisis cíclicas, cracks y refundaciones varias son consustanciales al mismo. En la era del antropoceno, emergerá un Nuevo Orden y nuevo contrato social que no extraiga su legitimación del pérfido control, la coerción y la fuerza por parte de una élite gobernante sino de las decisiones consensuadas elaboradas de abajo a arriba por la comunidad.

Hic et nunc. Ahora es el momento. Una oportunidad única de dejar atrás un Zeitgeist criminal que despreciaba la vida de las personas poniendo en su centro el Vellocino de oro. Es la hora del género humano y su fraternidad. Las campanas están sonando marcando la aurora de una nueva era y están sonando por ti, Henry, y en tu labor sin duda te ayudará portar la bandera de la imaginación y los sueños de André Bretón.

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