Cierre de los huertos urbanos
Con el transcurso de los días, en este "encierro" al que nos ha sumido este bichito que tanto daño está haciendo, no ya solo en vidas humanas sino en trágicas consecuencias socioeconómicas para muchas personas y familias, tal parece que a algunos de nuestros "sabios pensantes" se les van ocurriendo nuevas ideas para coartar, cada vez más, nuestras pingües libertades actuales y que nadie pueda reprocharles el no haber puesto su personal granito de arena en el endurecimiento de este estado ya más de excepción que de alarma.
Pues bien, resulta que en Oviedo, al igual que en otras muchas ciudades de nuestro país y del resto de Europa, tenemos la suerte de contar con tres ubicaciones donde el Ayuntamiento ha generado unos huertos urbanos muy apreciados por la ciudadanía. Y, en general, altamente aprovechados por los afortunados concesionarios que, poco a poco, se fueron reciclando en auténticos profesionales de la agricultura ecológica.
Pero resulta que si tanto el Ministerio de Agricultura como el de Interior, e incluso el propio Consultorio de este periódico sobre las cosas que se pueden o no hacer en estas circunstancias, manifiestan que "el aseguramiento del abastecimiento alimentario es una de las propiedades de las medidas adoptadas", por lo que, "sin perjuicio de mejor criterio del Ministerio de Sanidad", parece que está permitido el desplazamiento para atender "las tareas imprescindibles de un huerto", con las lógicas prevenciones sanitarias y siempre que sea para la realización de una actividad perentoria para el objetivo productivo del huerto y no se realice de manera permanente. Todo ello, y esto es importante, debiendo estar ubicado en el municipio de residencia del usufructuario, no en otras localidades con segunda residencia.
Por otra parte, la Subdelegación del Gobierno de una provincia limítrofe, como respuesta a una consulta realizada por un Ayuntamiento sobre el tema que nos ocupa, también apunta que dicha actividad no está limitada por el RD 463/2020, del 14 de marzo pasado, y que por tanto puede desarrollarse, con sujeción a las medidas generales de prevención sanitaria, tal y como apuntábamos anteriormente.
El propio Ministerio del Interior, en su actualización del pasado día 2 de abril sobre el estado de alarma, en el apartado "casas y parcelas de campo", también interpreta que estaría permitido ir al huerto "siempre que sea para alimentar animales o llevar a cabo las propias acciones de atención al huerto".
Y como resumen del Consultorio de LNE, que tantas dudas aclara, en sus números 532, 540, 611, 616, entre otros, manifiesta públicamente que "los agentes de las fuerzas de seguridad nos aseguran que se están permitiendo, siempre que se trate de desplazamientos prudentes, las salidas para ir a las parcelas con plantaciones o huertos. Debiendo ser salidas esporádicas y para recoger hortalizas o bien llevar a cabo un cuidado básico del huerto".
Pues bien: Héteme aquí que desde la mañana del día 16 de abril, el Ayuntamiento de Oviedo ha llevado a cabo un "encintado" de las puertas de acceso a sus huertos urbanos, impidiendo la entrada a los mismos, parece que siguiendo indicaciones de la Delegación del Gobierno.
¿Y ahora qué hacemos con las lechugas, los guisantes, los puerros, las berzas, las fabas de mayo, a punto de recoger? Pues sepan ustedes que en nuestros hogares nos hacen falta y ayudan a sobrellevar tan crítica situación.
¿Y con los semilleros de tomates, pimientos, piparras, calabazas, etcétera, que tenemos dentro de nuestros invernaderos, sin poder regarlos? ¡Se morirán!
Por todo ello, solicito de las autoridades competentes nos autoricen a llevar a cabo las labores aquí explicitadas, con el único objetivo de mantener vivos nuestros huertos, de aprovechar el fruto de lo ya trabajado y de continuar con aquellas labores que, más pronto que tarde, coadyuven al bienestar en salud y económico de nuestras familias.
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