¡Que me devuelvan mis días sin vida sustraídos!
Cuando uno tiene unos años más de los que desearía, cada día de tu vida cuenta mucho, pues es uno menos de vida o uno más vivido, pero cuando tienes libertad para disfrutar de él yendo a donde quieras, a ver el campo, la naturaleza en todo su esplendor, ese día es bello y fructífero, mereció la pena vivirlo. Mas en este caso de confinamiento obligado nos han quitado la libertad y entra en juego el pensamiento angustioso de que la vida se está acortando en una rutina de vivir entre cuatro paredes como costumbre, que por incierta es mucho más dañina que tener la esperanza de que esto terminará algún día y vas a disfrutar de nuevo de la felicidad de vivir en la naturaleza sintiendo el pálpito de la tierra bajo tus pies. Para la gente joven no tiene el mismo sacrificio el confinamiento que para los mayores, pues tu cuerpo se va deteriorando poco a poco y lo que puedes hacer hoy, mañana ya no; de ahí el mayor sufrimiento a esta privación de libertad de final incierto.
Si estuvieras convencido de que el Gobierno ciertamente hace todo lo que puede con buen criterio por tu salud te sentirías mucho más reconfortado, pero cuando ves que toma decisiones absurdas que son ineficaces, que solo trabaja para las pantallas y grandes titulares de prensa, después de más de un mes sigue improvisando, contradiciéndose, y que parece que lo que desea es mantener la nefasta gestión, esta situación es incompresible e inquietante para ti y gente de pensamiento lógico, pues no conoces la hoja de ruta que tienen programada, si es que la tienen; pero no parece nada convincente, pues sus consejeros y artífices de este caos dejan mucho que desear por sus hemerotecas y videotecas que les definen claramente sus intenciones; se te cae el alma a los pies. ¿Interesa tener a la gente encerrada? ¿Por qué no se pone remedio a los focos de la infección como se debería haber hecho? ¿Por qué? Acaso pretenden establecer una dictadura de tipo comunista al estilo Venezuela o Cuba para perpetuarse sus líderes en el poder cuando Europa nos eche de su comunidad por pedir cosas imposibles para provocar la ruptura y justificarse ante la hecatombe económica, confiscar la propiedad y ahorros de particulares para repartirlos entre la población empobrecida y establecer el racionamiento de alimentos, eso parece tal como lo veo con estas actitudes y decires del Vicepresidente. Luego vienen más días de confinamiento y de incertidumbre mientras se ven estos gestos nada reconfortantes para el espíritu y la esperanza. ¡Devolvedme los días de vida que me estáis quitando, aunque solo sea con un atisbo de esperanza¡ Y a los muertos brindadles honores de luto como se debe, son los héroes de la creación de esta democracia que hoy tanto añoramos, y sed más cuidadosos con sus cadáveres y cenizas, pues muchos familiares no saben dónde están y de quién son realmente las cenizas que reciben, a eso se puede considerar éticamente crímenes de guerra por falta de humanidad y desidia, después de morir solos, no tener sus funerales, no se merecían tal desprecio. Que en todas las localidades de los municipios del Estado español donde hay muertos por esta pandemia ondeen al menos un día a la semana la bandera a media asta, en señal de duelo. Y eso, devolvedme mis días de vida y un poco de esperanza al menos. Y más mascarillas y test para aislar a los que desgraciadamente padecen la enfermedad, pero no nos encerréis más a la espera de que nos asalte en nuestro domicilio el virus asesino, la demencia, o ambos al mismo tiempo. Necesito sol, aire que me da vida, y prometo mantener todos los protocolos para evitar contagiar y ser contagiado.
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