El día y el santuario de la Divina Misericordia, en tiempos difíciles
Este domingo, 19 de abril, la Iglesia católica celebra (o ha celebrado) la fiesta de la Divina Misericordia, que tiene su origen geográfico en Lagiewniki, barrio al sur de la ciudad polaca de Cracovia, donde se sitúa el santuario del mismo nombre, que es además uno de los centros de peregrinación más visitados de Europa. Su origen está en el convento de la congregación de las Hermanas de la Madre de Dios de la Misericordia, institución religiosa fundada en el siglo XIX en Francia, que se extendió a Polonia y que mantiene allí desde hace más de un siglo una institución educativa y asistencial de ayuda a niñas y jóvenes en situación de exclusión social.
El convento de Cracovia tuvo a sor Faustina Kowalska como cofundadora espiritual, porque fue una monja fallecida allí a los 33 años de edad, que en el año 2000 fue canonizada por el Papa Juan Pablo II, quien también inauguró una basílica amplia y de aire moderno en el centro de aquellos terrenos.
El santuario es el núcleo desde donde se propaga el mensaje de la Misericordia de Dios y por eso es lugar de peregrinación de millones de personas del mundo entero, que buscan estar junto a la tumba de Santa Faustina Kowalska, para acercarse a la realidad de la misericordia divina para cada uno y la fuerza espiritual para practicarla con las demás personas.
En la capilla de dicho convento forma parte del retablo el cuadro de Jesús Misericordioso, del que ahora es fácil encontrar réplicas en iglesias, capillas y ermitas del mundo entero, como prueba de lo que se extiende su devoción, que con palabras del anterior Papa, Benedicto XVI, “no es una devoción secundaria, sino dimensión integrante de la fe y de la oración del cristiano, que nos lleva a imitar en lo posible la perfección divina que consiste en dar y no en recibir”, tema que además el Papa Francisco ha subrayado al incluir en el calendario católico la celebración de esa advocación en el segundo domingo de la Pascua de Resurrección de Jesús.
Los católicos creen, o la menos deberían creer, en la Misericordia de Dios y con la idea de la castiza frase “A Dios rogando y con el mazo dando” nos viene bien el hito de esta fecha para afrontar los tiempos especialmente difíciles que tenemos y buscar en Dios la ayuda que nos anime a resistir al COVID y a resolver los daños económicos y sociales que está produciendo la epidemia.
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