Bienvenidos al Siglo Cero
La llegada del coronavirus ha hecho que todo esté cambiando. Día a día estamos viviendo cambios en nuestra forma de vivir, en la economía, la cultura, la política, la religión... Realmente, es un cambio de esos que hacen que todo lo anterior sea una época pasada. Es un cambio de era. Yo diría que estamos entrando en una época del mundo que yo llamaría Siglo Cero. En 2001, el ataque a las Torres Gemelas produjo la Zona Cero. Desde entonces, ha sido uno de esos “ombligos” del planeta en torno al cual han girado y giran tantas cosas. Y ahora, tras el estallido del virus COVID-19, cada país ha buscado a su Paciente Cero, la trazabilidad de la pandemia. Lo que supuso la caída de Roma trajo una nueva era, la caída de Bizancio nos llevó a la siguiente, la Revolución Francesa... caídas, revoluciones, que han ido cambiando el mundo. Personalmente, creo que los cambios que está produciendo y producirá en el futuro este virus nos están llevando a otra era, otra etapa histórica donde las cosas van a cambiar radicalmente, en muchos casos. La humanidad tendrá que reinventarse en muchas facetas puesto que hemos incidido de tal manera sobre nuestro espacio que ya no queda tiempo para cambiar: Tiempo Cero. Hemos explotado de tal manera nuestro planeta que esto nos ha llevado a un cambio climático que nos deja al borde de la acción inmediata. No podemos ya mirar para otro lado. Tiempo y Espacio, dos variables de las que hemos hablado tanto en Filosofía, Física... son ahora nuestra máxima preocupación. Son la urgencia de tener que hacer algo porque nuestro espacio se ha minimizado, controlado de tal manera que ya no va a volver a ser el mismo. Tampoco el tiempo: el confinamiento ha hecho que nuestra sensación de cómo transcurre nuestro tiempo personal, familiar, social, ha cambiado inevitablemente.
La irrupción del virus está haciendo que nuestro mundo cambie, que tengamos que partir de cero en muchos campos. El cero fue un número que no existía al principio: los romanos no lo tenían. Fue un invento indio que luego transmitieron los árabes. De no ser una necesidad al principio, se convirtió en una pieza única de nuestra matemática. El cero, en nuestra sociedad, debe ser el momento de empezar a hacer las cosas de otra manera. Hagámoslo bien, no en provecho personal o egoísta de un país, sino de toda la humanidad, que es la que está en juego.
¡Bienvenidos al Siglo Cero!
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