La Nueva España » Cartas de los lectores » El virus y la familia

El virus y la familia

21 de Abril del 2020 - Ricardo Luis Arias (Aller)

El pandémico y criminal virus chino continúa su avance epidémico por todo nuestro carpetovetónico país, al mismo nivel ya contaminado que el italiano. Cada vez más afectados y fallecidos, sobre todo en Madrid. Por disposición y orden gubernamental, toda la ciudadanía se encuentra confinada en casa, con la advertencia de fuertes sanciones si alguien pisa la calle. Como consecuencia, calles y plazas vacías en todo el territorio nacional. Y como aquí hemos dicho, que las familias se vean obligadas a estar confinadas en el hogar, hasta ahora más bien solitario en tantos casos en que ella y él, los padres, trabajan los dos y los hijos, a su vez, en el colegio. En estos casos, tan numerosos, cuando la familia se reúne al final de la jornada, lo hacen de una manera rutinaria, carente por completo de amor o cariño, ni se dialoga ni se cambian impresiones, más bien se impone el silencio a la discusión, sobre todo si a ella o a él no le han ido bien las cosas en el trabajo. El remate de la frialdad en ese hogar lo hacen el ordenador, la televisión y en los niños el “comecocos”. Este triste panorama familiar está hoy muy generalizado.

Todo esto lo está cambiando el coronavirus en muchos hogares, con motivo de ese obligado confinamiento en los mismos, al tener que estar encerrada la familia tanto tiempo, una cuarentena por ahora. La convivencia, pues, se hace obligada, por las circunstancias, pero pronto dejará de serlo porque la convivencia acabará con ellas. Una convivencia, ahora, que es una hermosa realidad al estar de nuevo en ella la base entrañable de la familia, que es el amor. Sin amor no hay familia ni hay nada en la vida. Nada. Solo un gran vacío en nuestra andadura humana, sin rumbo y a la deriva. Porque el amor, en sus diferentes sentidos y manifestaciones, es tan importante y necesario como el oxígeno y el aire que respiramos.

Y nos consta que ese amor verdadero y recuperado reina en muchos hogares cerrados por el virus. Conocemos algunos casos y vamos a traer uno de ellos, muy querido y entrañable, que me hace recordar a un gran amigo y gran persona que se llamaba Juan, montañero y escalador que pertenecía a un importante grupo montañero de Gijón, amistad que un día se forjó en el Torrecerredo (Picos de Europa) y sigue hoy a través de su nieto Juan, fiel retrato de su abuelo en todo, especialmente por su hombría de bien y su gran amor por la montaña, al igual que su abuelo. Como el teléfono es el medio que tenemos para comunicarnos unos y otros en este enclaustramiento que nos ha impuesto el puñetero virus, al preguntarle a Juan cómo les iban las cosas en casa me respondió con una carcajada y esta respuesta: “Pues aquí me tienes frayáu después de facer de caballo, a cuatro patas, con los dos fíos montaos sobre mí y la muyer con la escoba arreándome en el trasero”. La carcajada ahora es de ella. Juan, que es un buen asturiano, como nos acaba de demostrar, es de los que llevan su trabajo, como tantos otros, desde casa, además de hacer de caballo.

He aquí un ejemplo de familia, y como la de Juan habrá muchas más, a las que el encierro les ha servido para reavivar la llama de ese amor que une a la mujer y al hombre en ese entrañable y querido sitio que es el hogar. Hagamos todos lo mismo en nuestras casas, sin salir de ella, con nuestra gratitud a cuantas personas desde sus cargos, puestos y cometidos se la están jugando en la guerra contra el coronavirus, porque una guerra es, ciertamente, que ganaremos todos, unidos y hermanados. Con nuestro recuerdo y sentimiento, sí, por las víctimas de esta guerra y sus familiares, y por los contaminados, que recobren la salud por completo.

Y que esta guerra epidémica haya servido para encontrarnos a nosotros mismos y a los demás, con una hermandad, convivencia y solidaridad que, aparcando ideologías políticas y diferencias sociales, nos unan a todos. Para siempre.

Cartas

Número de cartas: 48987

Número de cartas en Diciembre: 110

Tribunas

Número de tribunas: 2175

Número de tribunas en Diciembre: 3

Condiciones
Enviar carta por internet

Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.

» Formulario de envío.

Enviar carta por correo convencional

Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:

Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo
Buscador