Agradecimiento a don Carlos Osoro
Gracias a don Carlos por estos siete años de estancia entre nosotros. Nos ha querido mucho y se ha notado.
Qué cercano le hemos sentido en todos los actos litúrgicos que celebró en la Catedral, al poder saludarle personalmente al terminar.
Gracias porque ha conseguido que los laicos seamos capaces de venerar, al menos en la iglesia de las Esclavas de Oviedo, al Santísimo Sacramento durante todo el día. Personas normales y corrientes que se comprometen a hacer una hora de oración acompañando a Jesús en la eucaristía. Qué alegría saber que Jesús siempre está ahí, esperando que nos acerquemos para contarle nuestras preocupaciones o compartir nuestras alegrías.
Gracias por la consagración que el 25 de octubre de 2008 realizó en la cueva de la Santina en Covadonga. En ese acto impresionante, que comenzó con la basílica llenísima de gente y ante la Cruz de la Victoria y que, posteriormente, se trasladaría a la santa cueva.
Fue muy emocionante oírle decir: «Ahí tienes a tus hijos, ¡míralos! Te los confío a tu cuidado de Madre. Por tu intercesión que tu hijo les dé aquello que necesitan ahora...».
Gracias por el sínodo y este año santo de la Cruz y por habernos introducido de nuevo a la Santina en nuestros hogares, con esa dedicatoria suya, que será un recuerdo imborrable de su paso por Asturias: «Recíbela como hijo, haz de tu corazón su morada, alégrate de tenerla como Madre».
Gracias y hasta siempre, D. Carlos. ¡Aquí está su hogar!
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