La Nueva España » Cartas de los lectores » Que, socapa de pandemia, no nos quiten la libertad

Que, socapa de pandemia, no nos quiten la libertad

29 de Abril del 2020 - Carmen González Casal (aaa)

Ya se lo decía en su sabia locura Alonso Quijano a su fiel escudero: “La libertad, Sancho, es uno de los más preciados dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre: por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres”.

Que nos lo digan a nosotros, que llevamos casi dos meses entre las cuatro paredes de nuestras casas en una desescalada del confinamiento que más se le parece al “cuento de la buena pipa”. ¿Os acordáis? ¡Era una leyenda que no existía! Y es así, porque nos llega del Gobierno una directriz y al día siguiente, ante el revuelo de la ciudadanía en las redes por el dislate de la decisión, se rectifica o se dice lo contrario y aquí no ha pasado nada.

¡Y no! Pasa tanto, que es bueno que los ciudadanos de a pie –los que estamos respondiendo con altura de miras ante semejante circunstancia: cosiendo mascarillas, haciendo los recados de los ancianos, donando generosamente dinero, materiales, tiempo o solicitando ERTE ante un economía personal agonizante– abramos los ojos y defendamos a capa y espada nuestra libertad porque con el pretexto de esta pandemia quienes con tantas ganas pactaron para dirigir los destinos de esta gran nación nos están quitando las libertades con gestos al más puro estilo bolivariano.

Me explico y lo explicaba muy bien en estas páginas hace días Mercedes Fuertes, catedrática de Derecho Administrativo en la Universidad de León.

Nuestro derecho de circulación y movimiento se está cercenando con medidas tan pintorescas como permitir a los perros lo que se les niega a niños, a ancianos o personas más vulnerables a esta reclusión, siempre que se actúe con sentido común y vayan acompañados, guardando distancias y con la debida protección. Resulta que después de varios desatinos, los niños ya pueden salir pero al dictado del Gobierno: “No más de tres, durante una hora y con juguetes como pelota y patinete”. A este paso, Pedro Sánchez o Pablo Iglesias nos van a decir hasta lo que tenemos que comer. Otro tema que me indigna: con el tamaño que tienen nuestras iglesias, si se guarda la distancia prevista, ¿qué pasa porque a un funeral acompañen a los familiares una docena de personas allegadas que alivien un poco el duro trago por el que están pasando? Cada acompañante podría estar en una esquina, sin peligro alguno de contagio. ¿Por qué las iglesias tienen que permanecer cerradas cuando, curiosamente, pocos van a ellas, pero para los creyentes son un alivio en momentos de tanto dolor y dificultad? Emmanuel Macron dijo hace pocos días sin rodeos a los obispos franceses que “Francia necesita a la Iglesia católica”.

Además, en Asturias hay 18 municipios que desde el indicio de la pandemia siguen a fecha de hoy sin registrar contagios, ¿no se puede tratar a sus habitantes de manera distinta? De igual modo, sucede a nivel de las comunidades autónomas, algunas, como la nuestra, con una incidencia del coronavirus menor y un sistema hospitalario más solvente que otras.

Asimismo, como periodista, me parece muy preocupante el menoscabo que se está haciendo al derecho que todos tenemos a la libre información, porque supone una herida de muerte en una sociedad abierta y democrática. ¿Cómo se va a combatir esta pandemia si no tenemos toda la información, si no se saben los muertos que ha habido, si se manipulan datos y se crean seguidores falsos en las redes, si las ruedas de prensa del presidente Sánchez han sido muchas semanas a puerta cerrada, con preguntas en off, sin intervención directa de los periodistas, si algunos medios –tristemente– informan al dictado del Gobierno que les financia? Son muchos más los ejemplos que podría poner, pero el espacio es limitado.

Abramos los ojos. Es muy grave lo que está pasando y no podemos permanecer impasibles. Nos estamos cargando, a la velocidad del rayo, un estado de libertades que costó 45 años construir. Quizá lleguemos demasiado tarde.

Cartas

Número de cartas: 49009

Número de cartas en Diciembre: 132

Tribunas

Número de tribunas: 2175

Número de tribunas en Diciembre: 3

Condiciones
Enviar carta por internet

Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.

» Formulario de envío.

Enviar carta por correo convencional

Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:

Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo
Buscador