Los mayores no existen para nuestro Gobierno, solo para votar
No tengo nada contra la decisión –improvisada, como todas– del Gobierno de que los niños puedan salir una hora al día; lo necesitan, cierto. Pero, una vez más, el Gobierno lanza una decisión sin regular el cómo ni, creo yo, estudiar las múltiples consecuencias. Lo que más me indigna es que el Gobierno no se acuerde de los mayores, de quienes levantaron España, de quienes en otros momentos de crisis contribuyeron con sus ahorros y pensiones, incluso, al sostenimiento de sus hijos y nietos logrando superarla. Hay ancianos que viven solos; hay muchos mayores, muchos de nuestros mayores que no pueden ver a sus hijos y nietos. Y hay muchos, muchísimos ancianos, muchos de nuestros mayores que necesitan un abrazo nuestro, de sus hijos y nietos, porque padecen algún tipo de dependencia. Tengo el privilegio de disponer de un teléfono que me permite llamar, hablar, escuchar y, mejor aún, ver a mi madre y más que eso, que ella me vea a mí, que nos vea a todos los hijos en una pantalla... pero no todos los mayores tienen ese “privilegio”. Por todos ellos, y más por los que necesitan salir porque su enfermedad de alzhéimer hace que el confinamiento les genere aún más ansiedad, digo que, por todos ellos, pensando en ellos, reniego de todos y cada uno de los miembros de un Gobierno bicefálico que ha permitido que la crisis del coronavirus se cebe con los mayores y que se muestra indolente con tanto dolor de las familias que no les consideran ni merecedores de un luto nacional, de una bandera de España, la de todos, a media asta. Reniego de un Gobierno que sigue sin procurarnos test, ni guantes ni mascarillas, pero les ha dado muchos muchos millones de euros a las televisiones privadas y que se ha gastado también bastantes euros en un sondeo de intención de voto al sr. Tezanos que precocina los resultados de forma inmoral.
Reniego de ese Gobierno y haré lo imposible para que nadie olvide tanta ignominia y mentira con que el Gobierno “premia” al paciente pueblo español.
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