Ayuda a domicilio
Soy la hija de una usuaria de ayuda a domicilio del Ayuntamiento de Oviedo, y aunque tenía pensado escribir esta carta una vez que finalizase el confinamiento, no pude por menos que adelantar esta idea ante una noticia que aparece en LA NUEVA ESPAÑA de fecha 23 de abril bajo el titular “Oviedo concentra la ayuda a domicilio en las personas mayores sin apoyo familiar”; pues bien, desde que comenzó el estado de alarma el 14 de marzo y, a pesar de que el presidente del Gobierno aprobó unas normas en las que dice que “se habilitarán todos los medios para que las personas más vulnerables estén siempre atendidas y que se reforzarán los medios para conseguirlo”, nuestro Ayuntamiento ha recortado los servicios, llamando a los usuarios y desmarcándose de estas normas.
Si mi madre tiene derecho a esta ayuda es porque en su momento cumplía y hoy cumple todos los requisitos: vive sola y aunque tiene dos hijas (no sé si por eso se considera que tiene apoyo familiar), que están trabajando y no pueden hacerse cargo de ella –además en estas circunstancias no podemos ir a visitarla, ni ayudarla por el riesgo que supone para ella el contagio; únicamente bajamos a llevarle la compra y sin tener contacto con ella, que es lo que nos indican las autoridades sanitarias.
Queda claro que en nuestro caso estamos pendientes de ella y por supuesto no está desatendida, pero tengo constancia de casos en los que no tienen hijos pendientes de ellos y, aun así, también se han recortado los servicios.
Entiendo que las personas que realizan la ayuda a domicilio deberían tener los medios necesarios para que ejerzan su trabajo en las mejores condiciones tanto para el usuario como para el trabajador, y no entiendo ni puedo entender que la solución del Ayuntamiento sea recortar esta ayuda, limitándose única y exclusivamente al aseo personal, yendo en contra de lo acordado por el presidente del Gobierno y, sobre todo, y lo más importante en contra de los intereses y las atenciones de nuestros mayores.
Ojalá esta pesadilla acabe pronto y todo vuelva a la normalidad (a una nueva normalidad), aunque deseo que en este tema la nueva normalidad sea, al menos, como la de antes.
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