Señores políticos, digan la verdad
Y no mareen más la perdiz. Digan que no son capaces de reconocer que la razón por la que están retrasando el desconfinamiento no es otra que la falta de previsión y una desastrosa política de aprovisionamiento del material sanitario necesario para que los ciudadanos podamos salir a la calle, al trabajo, de compras o con los amigos, con la debida protección y con los test hechos para saber si somos o no portadores del maldito bichito.
Nosotros ya hemos cumplido sobradamente con nuestra obligación y ustedes no han cumplido con la responsabilidad que les correspondía, actuando tarde, mal y con prepotencia, y ahora, cuando los datos dan lugar a la esperanza, no saben bien qué hacer ni cómo actuar.
El presidente del Gobierno se ha apresurado a decir, ceremoniosamente, que la “desescalada” va a ser lenta y gradual, que es como no decir nada, y, mientras las comunidades ya están reclamando sus propios planes de actuación, el ministro de Sanidad responde que esto solo les competen a su Ministerio, sin aclarar ni autorizar otros planteamientos que no sean los oficialmente decretados para todos el país, de los cuales no ha avanzado nada, porque, muy probablemente, estén todavía en el umbral de la duda.
Nos esperan semanas de duros enfrentamientos políticos entre la Administración central y las autonomías, lo que evidencia aún más la ineficacia de un Gobierno que no ha sabido o no ha querido plantear una unidad de acción conjunta y que ahora vanos a sufrir todos los españoles.
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