Queridísima Amaya
Te escribo esta carta a través de la prensa porque, como sabes, es mi medio natural y lo ha sido muy especialmente día tras día durante la cuarentena que hemos compartido intensamente. Una cuarentena a la que han dado mucha vida tu yoga y mis cartas al director.
Pero no solo eso, que, siendo importantes, lo han sido en un segundo nivel porque nuestra convivencia de cada día a lo largo de este tiempo ha significado para mí una experiencia irrepetible, seguramente la mejor que se puede tener entre una hija de cuarenta y tantos y un padre de setenta y muchos. Una convivencia amable, respetuosa, cariñosa, muy enriquecedora.
Hemos llorado y hemos reído mucho, nos hemos contado tantas cosas, tantas vivencias y tantas intimidades como nunca antes. Nos queríamos y nos respetábamos. Creo que ahora nos queremos más y nos conocemos mejor. Hemos sido tú y yo, a borbotones.
Queridísima Amaya, te adoro.
Sé lo que sientes por mí y lo mucho que te importo. Siempre estás ahí. Ahora hemos tenido la oportunidad de compartir esta experiencia que para mí ha sido un regalo.
Espero que para ti también lo haya sido, y que, con tu título de profesora de yoga bajo el brazo, culminado en estos días de “encierro”, sigas abriéndote camino con tu actitud de siempre, sincera, sonriente, amable, valiente, cariñosa, respetuosa, espontánea, honesta y muchas más virtudes que te adornan, porque eres maravillosa, la mejor hija que se puede tener. Tu madre también estará feliz.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo

