Life eternal Michael
“El fracaso ha sido el motor de mi vida”. Parece mentira que el día 11 de marzo me encontraba enfrente de mi televisión junto a mi padre y mi hermano viendo el épico enfrentamiento entre tu Liverpool y el Atlético de Madrid en Anfield, hogar que cantó como loco tus goles y que vibró con tus partidos. En esa retransmisión te encontrabas tú, frente a las adversidades que todos conocíamos y a las que tú siempre respondías con tu carismática sonrisa que nos hacía llegar sentimientos de tranquilidad y esperanza. Son las 20.48 del martes 28 de abril y sigo sin creerme que te nos hayas ido, que jamás podamos volver a disfrutar con tus comentarios y tu manera de enfocar el periodismo y el análisis deportivo. No puedo creerme que nunca más pueda escuchar en directo tu genial, a la par que enamoradizo, acento con el que nos tenías acostumbrados durante largos periodos de retransmisiones y programas.
Cuando alguien habla de Michael Robinson se te puede venir a la cabeza el genial programa que dirigías, “Informe Robinson”, donde dabas difusión a las historias más bonitas, y curiosas, de nuestro deporte. Otra imagen tuya que se nos viene a todos a la cabeza es la de “PC Fútbol”, ese simulador deportivo al que tanta fascinación le diste y que marcó a varias generaciones. Junto a varios colaboradores dirigiste “El día después”, ese programa de actualidad al que le inyectabais unas dosis de humor para hacerlo todo muchísimo más llevadero. El día después de irte, todo se hizo más difícil al imaginarte que jamás te veríamos ahí. Tu paso por La Ser los domingos siempre nos alegraba el último día del fin de semana previo al inicio de una nueva semana, esos podcast quedarán siempre grabados en internet y en nuestras memorias.
Podría estar un día entero aquí hablando de todo lo que significas para mí, pero puedo ser breve y decir que eres mi periodista favorito y el reflejo donde debo mirarme a la hora de hacer lo que hago en mi día a día. Sin más, espero que desde ahí arriba puedas mantener esa enérgica sonrisa y que nos puedas transmitir ese ánimo por afrontar un nuevo día con una tremenda energía. Antes de cerrar esta carta quisiera acuñar una frase que dijiste y que siempre tendremos como lema: “El cáncer puede matarte una vez, pero no todos los días”.
You’ll never walk alone Michael. Descanse en paz.
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