La nueva normalidad, por Isaac Asimov
Esto de “La nueva normalidad” me suena a cuento chino, y nunca mejor dicho. Expresiones como “el plan de desescalada”, “la vida tras la cuarentena”, “el desconfinamiento”, “las cuatro fases”..., más que de la España actual, parecen propias de una novela de Isaac Asimov o de una crónica futurista de Ray Bradbury.
Últimamente, como ven, estoy leyendo a los grandes de la ciencia ficción. No sé por qué, pero refugiarme en estos futuros fantaseados me protege de nuestra cruda realidad, cuasidistópica. Preferiría que el futuro fuese viajar al centro de la Tierra, a veinte mil leguas al fondo del mar, a Marte, incluso elegiría un mundo en el que los androides soñasen con ovejas eléctricas. Escogería, sin duda, ver “Naves en llamas más allá de Orión” y poder huir de este mañana incierto, para el que no nos han preparado ni los libros ni las películas.
Y, ¿qué es la nueva normalidad? ¿Chivatazos de los vecinos? ¿Pantallas protectoras en los bares? ¿Toque de queda? ¿El verano sin fiestas? ¿La franja horaria por edades? ¿El metro y medio de separación en el supermercado? ¿Los guantes de látex? ¿Las mascarillas? ¿La pantalla de tu ordenador? ¿El cierre de fronteras? ¿Las miradas acusadoras al alérgico al polen? ¿Pagar con tarjeta? ¿Comprar por internet los libros? ¿La cita de las ocho? ¿El omnipresente “Resistiré”? ¿La preocupación constante?
Quizás en unos años den el premio Nobel al autor de “100 años de distanciamiento social”. El futuro, señores. Siento nostalgia por la vieja normalidad, y solo tengo 25 años.
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