Aprovechamiento y anormalidad del ínclito Sánchez
El rimbombante Gobierno que tenemos, además de mentiroso e inútil, nos regodea con nuevos vocablos para dirimir la grave problemática que nos acucia la maldita pandemia del coronavirus.
Estamos en estado de alarma y si fuese por este Gobierno lo continuaría indefinidamente. ¡Qué gozada! Entonces Sánchez se pasaría el Parlamento de España por el forro y tendríamos un Gobierno totalitario, que en definitiva es a lo que aspira este prócer adulterado.
Le vemos, al ínclito Sánchez, con cara de angelito en el Congreso cuando pide que le aprueben todo lo que él quiere, sin negociación, sin comunicación, sin desaprobación. Ahora bien, como le digan que no y osen criticarle, entonces ¡válgame Dios!, lo que suelta con cara de diablito por esa boca no tiene precio. El y sus adláteres, Ábalos, Lastra, Iglesias (aunque va por libre) y otros... Los irracionales que le colocaron en el Gobierno no le apoyan y la oposición racional sí. Esto es lo que más le cabrea, él querría que tampoco le apoyasen para así tener algo a lo que agarrarse durante toda la legislatura, y más.
Si se puede destacar la posición firme de Sánchez frente a los nacionalismos, acostumbrado como nos tiene a bajarse los pantalones. Ya veremos lo que pasa cuando esto acabe. ¡Que se los vuelve a bajar! Por mantener el poder hace de todo, hasta eso y más. ¡Ah, y el PSOE sin voz ni voto, a callar!
Este estado de alarma, que a juicio de expertos -que son distintos a los que tiene el Gobierno, pero tampoco sabemos quiénes son- dicen que estamos más bien en un estado de excepción, le viene de maravilla a Sánchez e Iglesias para el aprovechamiento. Aprovechan para decretar a diestro y siniestro sin que tenga nada que ver con el COVID-19. Aprovechan para dar mítines en plan aló presidente. Aprovechan para que algunos se forren con las nefastas compras de material sanitario de este Gobierno.
Se puede comprender que desde esta desanormalidad (úsese anormalidad), para iniciar el desconfinamiento haya que empezar por la desescalada, lo que sería complicado en un estado de desalarma, por lo que será necesario continuar ese estado de alarma -que no debería pasar de los 60 días- y la oposición debería, antes de volver a apoyar al Gobierno, pedirle a Sánchez una garantía de que practique el desaprovechamiento y no al revés como está haciendo.
La nueva normalidad no podrá existir, es totalmente incongruente. Más bien sería la nueva anormalidad. La normalidad es como estábamos antes de este virus, que este Gobierno tardó en creérselo y consecuentemente en tomar medidas -recordamos aquella pancarta que decía "la violencia machista mata más que el coronavirus"-, y nunca podrá volver a ser igual. Eso es cierto, luego entonces nos tocará vivir una anormalidad permanente.
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