El virus y sus consecuencias
Que van a ser muchas, tremendas, gravísimas, dramáticas, sobre todo para la fogueada e indefensa clase media y clase trabajadora paganas y sufridoras cuando las cosas se ponen mal, como ocurre ahora con el puñetero COVID-19. Que nos dejará en la ruina, con una crisis y recesión que afectarán también a la generación que nos siga. Sí, el coronavirus después de tanto contagio, muerte y encierro en casa, nos va a dejar destrozados, como aquella gripe de 1918 de muy parecidas características a las de este virus chino y cochino. Entonces, al igual que ahora se amontonaban los féretros y ataúdes y eran llevados al cementerio sin función religiosa alguna, dejando a las familias destrozadas y sumidas en el más profundo dolor.
Como está sucediendo ahora, que es lo que más nos apena y entristece, el ver cómo se rompen las familias para siempre, de una manera ausente y separada, a unos se los lleva el virus en los improvisados hospitales (jamás se podrá saber, valorar y reconocer la heroicidad y sacrificio del personal sanitario, de tan grande ejemplaridad) y los otros, confinados en casa, no han podido estar al lado del ser querido en los últimos momentos de su vida. Y esta es la más triste y dolorosa situación, verdaderamente desgarradora, que ocasiona esta pandemia que más bien parece una maldición contra la humanidad.
Cuando esto escribimos, el coronavirus sigue avanzando por todas partes en su guerra epidémica, desbordados los heroicos medios sanitarios, cuyas bajas son cada vez mayores. La situación no puede ser más preocupante y de dramáticas consecuencias para todos. Los partidos gobernantes PSOE y Podemos, además de no haber hecho frente al virus desde un principio, andan desorientados ofreciendo hoy un dinero acá y allá que mañana, cuando se vuelva a la normalidad, no habrá. Ante tan grave situación como lo es esta del COVID-19, se tenía que haber vuelto a los “pactos de la Moncloa” o crear una mesa de negociación en la que estuvieran con el Gobierno la representación sindical y empresarial. Y así el guiso, cualquiera que fuera, sería bien visto por la ciudadanía. Que tiene que estar unida, en casa, agradeciendo en todo momento la lucha y sacrificio de todo el personal sanitario, militares, Guardia Civil, policías y cuantas personas se la están jugando en la lucha contra la pandemia. Que deberemos salir, sí, todos de ella unidos solidarios. Y así resurgiremos mejor de nuestras propias cenizas.
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