De héroes a villanos
Acabo de leer la carta escrita por el Sr. Viñas, un viejo conocido por nosotros, los médicos asturianos. Su opinión no me sorprende en absoluto. Es más, hay una parte nada desdeñable de la sociedad que estará de acuerdo con su escrito, aquella del "yo te pago", "los médicos son unos privilegiados" y "si no quieren, se les obliga". Sabíamos que esto llegaría tarde o temprano, y más después de leer el artículo al que se refiere este señor, publicado por LNE, y que ya encendía la mecha para prender la hoguera de los otrora héroes para convertirlos, una vez más, en villanos o esclavos. Voy por partes.
A ver, Sr. Viñas, ¿de verdad piensa que podemos ser dueños y señores de la sanidad pública cobrando lo que cobramos? ¿De verdad? ¿Siendo de los médicos peor pagados de España, y en España, los peor pagados de Europa? ¿Soportando estoicamente a gente como usted, con sus misivas? No diga sandeces. ¡Va a parecer un insano envidioso! Lo ha entendido mal, el SIMPA y el SESPA aún no han llegado a un acuerdo en cuanto a las posibles modificaciones en las condiciones del trabajo que se necesiten llevar a cabo durante esta crisis. Nosotros no trabajamos a turnos principalmente porque si se trabaja de tarde no se trabaja de mañana y no hay personal médico suficiente para contratar ambos turnos, añadiendo además problemas para la realización de las guardias. Entonces, si la idea es hacer tardes "extra", habrá que plantear pagarlas. No se asuste, esto es así, aunque usted crea que debemos hacerlo gratis. Y si no, que se nos obligue. Y además, que no cojamos vacaciones en verano. Eso, de premio a los servicios prestados, que ya se han pagado suficiente con los aplausos en los balcones y los títulos de "héroes", ¿verdad?
¿Sabe qué? España es un país que tiene la mala costumbre de adorar a los héroes equivocados. Y con esta crisis eso ha quedado patente. Me va a decir qué han aportado en estos momentos los futbolistas profesionales, los artistas, los creadores de opinión, los youtubers, los modelos o los influencers, comparado con los sanitarios, los policías y demás protección civil, los científicos, los agricultores, los repartidores, las personas que trabajan en el supermercado... Y sin embargo, esa heroicidad durará el tiempo imprescindible durante el cual se les necesite, mientras sean "carne de cañón", como decían en el Senderos de Gloria de Kubrick. ¡Caramba, qué frágil es la memoria! Sobretodo cuando uno no sabe de lo que habla. ¿Ha probado usted a ponerse una sola hora un EPI? No, ¿verdad? Parece que la superioridad moral que le otorga ser hijo de minero le impide tener un mínimo de empatía hacia otro trabajo penoso y arriesgado.
Mire, le voy a contar una cosa. El covid nos ha cambiado a todos. También a los médicos. Y a la sanidad pública. Ya nada será igual, se lo aseguro. La palabra "telemedicina" va a sustituir a la de "coronavirus" enseguida. Se va a cansar de oírla. Y le digo otras dos, que le sorpenderán, le darán asco o un susto (o todo junto): "sanidad privada". También se va a cansar de oírla. ¿Y se imagina por qué? Pues porque especialmente en Asturias (que hay de momento pocos negocios sanitarios privados) su oferta/demanda se va a disparar inevitablemente, y si la forma que proponen (usted y esa parte de la sociedad que mencionaba al principio) de cuidar a los médicos en Asturias es horas extra gratis sin vacaciones "porque yo te pago" (ojo, con nuestros impuestos los médicos también nos pagamos, por si no se había dado cuenta), pues igual (solo igual) nos planteamos abandonar el barco de la pública e irnos a un sitio donde nos paguen más, nos traten mejor y tengamos mayor reconocimiento profesional. Porque nuestro sentido de servicio público, el "ser servicial", dista mucho del "ser servil", aunque usted desconozca la diferencia. Y usted se preguntará, ¿y por qué no lo han hecho ya? Pues por esa otra parte de la sociedad que nos quiere, nos respeta y nos admira, y por la que merece la pena todo. Por poner un símil acorde con estos tiempos, ustedes son los antivacunas que se benefician de la inmunidad de grupo.
Así que a usted y a sus acólitos les recomiendo dejar de lado sus odios absurdos y replantearse, por su propio interés, a qué héroes conviene tener en cuenta en esta época de crisis que nos viene ahora. Ya sabe, aunque solo sea por aquello de "uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde".
Un saludo.
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