¿Qué camino vamos a seguir?
Antes, la gente me miraba con cierta simpatía, es lo que inspiraban los mayores; ahora me miran con recelo, con odio. ¡¿Qué haces en la calle, supuesto portador?! Me pregunto si eso quedará como un nuevo estigma-virus. Que el mundo va a cambiar ya no me lo pregunto, y sé que el cambio no va a ser a mejor, el problema para mí sería adaptarme al cambio, y no, no pienso seguir la cuesta abajo, así que la vida me va a resultar más difícil. En los últimos cincuenta años, contra toda corriente, he sido un estudiante infatigable de la Palabra de Dios. Como a cualquiera de nosotros, lo que estudiamos nos influye poderosamente. No puedo seguir estudiando, ni podría recomendar su estudio, si no demuestro que me ha servido de algo. Sus principios son ya mis principios, y eso me lleva a resistirme a la influencia de un mundo cada vez más alejado de Dios, y al mismo tiempo tengo que mostrarle amor. Lo mismo es de suponer que le suceda al que ha escogido el camino difícil del cristiano... hasta que llegue el fin. Sin un fin, no serviría de nada ningún esfuerzo, ningún sacrificio. Os dejo algo de lo que he recogido, que puede orientarnos en este presente y en el camino al futuro: "Entrad por la puerta angosta, porque ancho y espacioso es el camino que conduce a la destrucción, y muchos son los que entran por él; mientras que angosta es la puerta y estrecho el camino que conduce a la vida, y pocos son los que la hallan" (Mateo 7:13,14). En su infancia el cristianismo fue conocido como el "Camino" (Hechos. 9:2; 19:9, 23). La puerta que suministra entrada a la vida eterna, es angosta porque va en contra de las inclinaciones primitivas. Lo "angosto" del "Camino" no es, por lo tanto, una estrechez de miras, un camino de demasiada solemnidad. No es un camino de aislamiento, como en un monasterio. Es una "angostura" en el sentido de no ser relajado, sin propósito, vacilante. Es "angosto" porque lo restringe a uno tocante a una libertad que perjudique a los demás. Sí, hay dos caminos, que... se irán separando más y más. Hay que decidirse antes del fin.
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