Quiero ser futbolista y vestir de Zara
Ya lo sé, me van a decir que ustedes también. Esta vez no se trata de un deseo en busca del dinero que se ganan –sinceramente creo que se lo merecen pese a los tintes demagógicos que les suelen aplicar–, tampoco es por la fama que les rodea, ni por ser un icono de los jóvenes. Ni mucho menos. Ahora, lo que me mueve es el deseo de que organicen mi desescalada del desconfinamiento. Sí, esos que han conseguido disponer de test suficientes para sus trabajadores y que tienen un plan perfectamente diseñado para sacarles de sus casas y ponerlos a producir.
Hay una cosa cierta e innegable, la Liga de Fútbol Profesional (LFP), la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) han dado espectáculos lamentables en la forma de relacionarse y de buscar acuerdos. Nada diferente a lo que vemos en el Congreso de los Diputados cada vez que se reúnen, pero con la salvedad de que, al final, estos dirigentes han conseguido mostrarse eficaces en la gestión, todo lo contrario que los diputados que se sientan en los sillones del poder político de España.
Nadie en su sano juicio cuestionaría la necesidad de que los servicios esenciales dispongan de pruebas que garanticen su salud, pero no puede estar reñido con que la buena gestión privada permita a otros profesionales hacerse esas pruebas.
Si el fútbol es un ejemplo de buena gestión, al menos en esta parcela, qué decir de Amancio Ortega. El dueño de Zara está dando un ejemplo de eficacia. Un empresario capaz de salvar la cara de todo el Gobierno con sus gestiones para el traslado de material; de hacer donaciones millonarias, pese a las críticas de algunos que se rebelan como descerebrados a ojos de cualquiera. No somos conscientes de la suerte que tenemos de que este señor haya nacido en España y que esté orgulloso de ayudar a su país y su gente, y ahora no hablo de sus estupendas colecciones de ropa con las que muchos nos vestimos.
Desde ya propongo que Amancio sea el presidente y los dirigentes del fútbol los miembros del mando único. Si siendo negocios privados han conseguido todo esto, no quiero pensar de lo que serían capaces con el respaldo de un Estado tan potente como España, eso sí que generaría ilusión a la gente y sería garantía de decisiones bien tomadas y mejor ejecutadas.
A cambio, tenemos un presidente del Gobierno acusado de plagiar una tesis doctoral, un vicepresidente segundo que disfruta más de los charcos que de las soluciones, un ministro de Sanidad que es filósofo, un comité de expertos que nos dijeron que en España no habría contagios, una oposición que está más pendiente de no perder a los suyos que de aportar soluciones...
Por todo esto yo quiero ser futbolista y vestir de Zara, esos me representan mejor que los que salen elegidos de las urnas. Por favor, que alguien ponga a profesionales al frente de la gestión, que confinen a los políticos y si tienen que salir a la calle que lo hagan acompañados de un adulto, que si los dejamos solos seguro que la acaban liando...
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