¿Órdago o chantaje al PP?
Sánchez, un gobernante al que le pagamos para hacer planes A, B, C y hasta Z, dice en comparecencia televisada, que no hay plan B; que, si el miércoles no le aprueban la nueva prórroga del estado de alarma, podrían suspenderse todas las ayudas sociales, como los ERTE o las de los autónomos.
Atento, Pablo (Casado): si el proceso se alarga y los altavoces de medios de comunicación afines y debidamente subvencionados se encargan de publicitar todos los días, a todas horas, las buenas noticias que aunque sea por inercia, salvo rebrote, se van a ir produciendo (menos contagios, menos muertos, etc.), solo habrá un ganador en esta trágica partida, y no serás tú precisamente, Pablo.
A Sánchez se lo han contado, y lo sabe. Sabe que padeces de vértigo y haces equilibrios sobre el alambre, sin paracaídas, a una altura considerable; el mínimo error puede lanzarte al vacío.
Si votas “sí”, te repartirás con Sánchez e Iglesias la abultada factura de este desastre, al cincuenta por ciento.
Si dices “no”, terminarás siendo el único culpable por no haber hecho todo lo posible para frenar la epidemia, por no haber comprado más mascarillas y hecho más test que nadie, por el caos de gestión de los test averiados, por el récord mundial de contagio de sanitarios, por el récord de fallecidos, por haber dejado a atrás a 26.000 compatriotas, y hasta del rescate al que nos vemos abocados, si finalmente se produce.
La misma estrategia, idéntica táctica, que con la propuesta de un nuevo pacto de la Moncloa: si votas “sí”, eres corresponsable de todo lo que se ha hecho mal; si votas “no”, eres un disidente antipatriota.
Ante esta tesitura, Pablo, solo tienes la opción de presentar ese plan B alternativo, detallado y eficiente que necesitamos con urgencia, y que el presidente dice no tener (miente). Luego, vota “no” a la prórroga del estado de alarma.
A la apisonadora de derechos en que se ha convertido este Gobierno, no le ha importado saltarse el artículo 55 de la Constitución, que dice que para suspender derechos como el de reunirse o circular libremente, es necesario declarar el estado de excepción o de sitio, no el estado de alarma en el que estamos.
Y desde luego, al contrario de lo que afirma Sánchez, hay alternativa al estado de alarma. Lo sabe él y lo sabes tú también.
Evidentemente, algo teníamos que hacer para contener el contagio en un momento de máxima urgencia, pero había, hay, alternativas; por ejemplo, la Ley Orgánica 3/1986, de Medidas Especiales en Materia de Salud Pública; la Ley 33/2011, General de Salud Pública, o la propia Ley General de Sanidad.
Que se mojen y devuelvan derechos a la ciudadanía.
Saludos cordiales.
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