Suspenso a todos los políticos
No es justo ni razonable que después de dos meses de confinamiento, en los que la mayoría de los españoles hemos dado muestra de un civismo colectivo fuera de toda duda, los políticos de nuestro país no sean capaces de ponerse de acuerdo en lo esencial, para que podamos recuperar el ritmo social y económico cuanto antes.
No tiene ningún sentido que se estén tirando los trastos a la cabeza cuando deberían apostar, única y exclusivamente, por el bien común, dejando a un lado sus diferencias y sus intereses de partido.
¿Sería mucho pedir que, hasta que se venza definitivamente al covid-19 y se recupere la normalidad, aparquen sus diferencias y remen en la misma dirección?
Las posturas enfrentadas de todas las fuerzas políticas es lo que menos conviene al conjunto de una sociedad que empieza a divisar el final de un túnel que solo permitirá ver la luz si tienen un mínimo de sentido de Estado y actúan en consecuencia.
Si no es así, se merecerán un clamoroso suspenso, la reprobación de todos los españoles y echarán por tierra el esfuerzo de una ciudadanía que ha sabido sacrificarse y que ha sido solidaria, pero que no ha encontrado la respuesta adecuada en unos líderes políticos que solo se representan a sí mismos y que están poniendo en peligro los cimientos del Estado de bienestar.
En tal caso, habría que buscar otras soluciones y, en consecuencia, nuevos políticos que sean capaces de recomponer, también, nuestra maltrecha salud democrática.
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