La salud es cosa de todos
Desde mi más sincero respeto quiero responder a la carta publicada por D. José Viñas García, en “Cartas de los Lectores”, con fecha de 1 de mayo de 2020.
Soy una médica de familia que trabaja actualmente en Oviedo. Antes trabajé más de 10 años como enfermera. Tengo dos carreras universitarias, dos especialidades, un título de experto universitario y un máster. En 2015 aprobé una oposición convocada por el Sespa. Considero mi sueldo justo y adecuado a mi cualificación y méritos. Para ello he trabajado y estudiado muchos años. De hecho, trabajé para pagarme la carrera mientras estudiaba. Mi caso no es aislado. Los médicos nos formamos continuamente a lo largo de nuestra vida laboral de forma habitual.
Creo que es objetivo de cualquier Administración pública proporcionar salarios a sus trabajadores en función de su capacitación y responsabilidad. Es lo que se hace en otros países que desean sanitarios profesionales e implicados. De no ser así nadie invertiría su tiempo, esfuerzo y dinero en formarse, con el sacrificio que ello supone.
Lamento que su padre falleciera tan joven. Yo nací y viví hasta hace dos años en Langreo. Conozco bien el esfuerzo de los mineros por conseguir mejoras laborales y dignificar un trabajo duro y peligroso. El de los médicos requiere otras habilidades y capacidades, pero puede resultar también difícil y exigente. Hasta causar la muerte.
Actualmente existe una negociación entre el Sespa y diversos colectivos laborales para resolver, de la mejor forma posible, la grave crisis sanitaria del covid-19. No existe conflicto alguno. Porque nuestro interés es común: la salud de todos. En ello estamos (y seguiremos estando) los médicos. No obstante, somos asalariados y cobramos por nuestro trabajo, como todo el mundo. Gratis se hacen los favores.
Atentamente.
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