Turismo, hostelería y buenas sensaciones
La hotelería asturiana vive momentos de notable estabilidad y pujanza a pesar de la crisis coyuntural que circula por nuestro entorno. Sus empresarios y profesionales conocen perfectamente el sector de los servicios y trabajan con esmero para ofertar calidad, sorpresa y satisfacción, con el único objetivo de ganar razón viajera y aceptación de los turistas que buscan en el Principado una estancia tranquila y un hospedaje cargado de ambiente familiar en unos casos e independencia y servicio en otros.
Y hacer turismo es, precisamente, orientar al viajero, mimarlo, ofertarle lo que le interesa y lograr que se acomode con placer y deseo de vuelta. Ese efecto multiplicador que resulta fundamental para avanzar en la buena economía y alcanzar el gusto por las cosas bien hechas.
Y Asturias cuenta con una nómina abundante de lugares para el alojamiento que ya quisieran muchos otros lugares de España y allende sus fronteras. En cualquier entorno de nuestra verde geografía surge un establecimiento público para acoger a los esforzados peregrinos, a los viajeros culturales, a los turistas accidentales, a los que gustan de recorrer el paisaje indómito asturiano con su familia o a los extranjeros que disfrutan con la originalidad del escanciado de la sidra tras un recorrido por la catedral de Oviedo, la playa de Gijón o los parques naturales de este pequeño y acogedor país astur.
Subtítulo: El buen momento de un sector clave de la economía asturiana
Destacado:La hotelería regional, en sus diferentes variantes, vive inmersa en una revolución, empujada por la marca "Asturias, paraíso natural"
Y es que esta atractiva región norteña cabe a conciencia en un hotel, hostal, pensión, apartamento turístico, casa de aldea, casonas, núcleo de turismo rural, albergue o camping. Y digo esto porque la variedad y calidad de locales al servicio de los viajeros y turistas son casi infinitas en un territorio ajustado y delimitado. Quizás haya lugares donde la carga turística comience a tomar cuerpo, pero de momento existe mucha oferta que se ajusta bien a la demanda foránea y local. Con el tiempo es factible que haya que llevar a efecto una moratoria en lo referido al turismo rural, por aquello de alcanzar el tope de construcciones en el entorno natural. Por ahora no es el caso y nuestra región sigue liderando las campañas de calidad y buen servicio en ese aspecto del alojamiento rústico. Una circunstancia que refleja el buen momento de la hostelería asturiana y sus profesionales.
Y dentro del campo de la hotelería, sus mentores siguen trabajando con esmero para garantizar la calidad y el óptimo servicio en sus locales; realidad que se observa siempre que uno visita estos establecimientos. Aquí la profesionalidad –la mayoría– es progreso y avance, en un sector complejo y cambiante. Y con sólo buen trato y afabilidad, aparte de la base comercial, se logra el convencimiento. El viajero, turista o visitante demandan proximidad, servicio práctico y calidad en las propuestas. Habitaciones confortables y un servicio de comidas que cumpla con las exigencias del cliente, por ejemplo. A partir de esas premisas todo será más llevadero y el empresario podrá sentirse a gusto con sus planteamientos, que no son otros que vender calidad y excelencia. Asturias, por lo tanto, en el territorio de la hotelería, está demostrando que sabe lo que se juega y cómo se juega. Y en ese aspecto no hay que dormirse en los laureles. Hay que seguir la senda de la mejora, siempre con nuevas propuestas de renovación, formación y servicio pleno de calidad para alcanzar objetivos. La hotelería regional, en sus diferentes variantes, vive inmersa en una revolución empujada por la marca «Asturias paraíso natural» y porque el Principado está últimamente de moda por muchos motivos que sobra comentar. Una tierra preñada de singularidades, antañona, exuberante, montañosa, marinera, gastronómica, alegre, nebulosa, etnográfica, hospitalaria y agarrada fuertemente a la modernidad, que cuenta con una base hotelera que supone, en muchos casos, la tentación del viajero.
Carlos Cuesta
Presidente de la Asociación Asturiana de Periodistas y Escritores de Turismo (ASPET)
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