La estrategia del ruido
Tras la publicación, hace unos días, de la encuesta de intención de voto, elaborada por SIGMA-2, que otorga al PSOE un 31% y al PP un 25%, Antonio Maestre comentó en Twitter que estos datos constituían “el fracaso de la estrategia del ruido”; sin embargo, a mi juicio y al de muchos, suponen el triunfo de la estrategia de la distracción y la desinformación.
Pasado el estupor inicial de la sociedad española, al inicio de la pandemia, se empezaron a oír voces críticas con la gestión del Gobierno y, al mismo tiempo, se empezaron a escuchar las mismas respuestas por parte del Gobierno y medios de comunicación afines, así como diversos tuiteros, youtubers y “opinadores” de toda índole, basadas en una estrategia de desplazamiento y externalización de la responsabilidad: “No se podía prever”, “Todos los países están igual de mal”, “La culpa es de los recortes del PP”, “No es el momento de criticar”, “Hay que estar unidos y apoyar al Gobierno”, “Es muy fácil ser capitán a posteriori”, etc., etc., etc.
Aunque algunos medios de comunicación hayan variado su discurso de forma oportunista, volviéndolo ligeramente más crítico con el Gobierno, el día a día durante estas semanas se ha parecido más al de un resort caribeño que al de un país que vive una crisis social, política y económica, con más de 25.000 fallecidos y superando el 20% de paro. Si le echa un vistazo a una de esas cadenas de TV, convenientemente financiadas, todo son anécdotas de gente que intenta superar su aburrimiento, personal sanitario cantando y bailando, agentes de Policía disfrazados, fiestas de cumpleaños, arcoíris, aplausos, postres... También hay un momento para recriminar, como ciudadanos responsables, la actitud de aquellos “insolidarios” que muestran su cansancio o su enfado, antes de la homilía presidencial. Después cenamos la papilla televisiva y nos vamos a dormir tranquilos y satisfechos, salvo ese 95% que decía el Presidente.
Como no disponemos de un marco de referencia en el que ubicar las medidas tomadas por el Gobierno, que nos permita valorar la eficacia, efectividad y adecuación de estas, seguiremos creyendo que estamos viviendo unas vacaciones, y nos mantendremos en un entorno totalmente acrítico, fomentado por los medios de comunicación. Solo nos dan noticias negativas de los países del entorno y, por comparación, creemos que nosotros vamos bien: se puede mostrar cómo en EE UU sacan cadáveres en bolsas, pero no se puede tomar una foto de la morgue del Palacio de Hielo. Asimismo, esta especie de arresto domiciliario se expone como la única medida posible para controlar la expansión del virus, pero como no se habla de las medidas tomadas por otros países, no somos conscientes de que esta medida es la peor, y es la prueba palpable de que el Gobierno no ha tomado medidas adecuadas en ningún momento, y ha llegado siempre tarde y mal a las diferentes fases de este brote del virus.
¿Por qué la mayoría de los países de nuestro entorno tienen muchísimos menos casos y fallecidos que nosotros? ¿Cómo han conseguido los países asiáticos controlar la epidemia? ¿Por qué otros países europeos que empezaron a tener casos más tarde que nosotros ya están planificando abrir comercios y volver a una vida normal, mientras aquí se insinúa que no abrirán hasta final de año? Es cierto que es un virus nuevo y que cada día descubrimos aspectos nuevos del mismo, pero la OMS ya advertía en enero de su peligrosidad e instaba a los países a disponer de material suficiente; sin embargo, en España no disponíamos de casi nada. ¿Por qué en el mes de marzo, mientras nuestros vecinos cerraban sus fronteras y limitaban las aglomeraciones, nuestro Gobierno decía que no pasaba nada y que estaba todo controlado? No hemos aprendido nada de los países que lo han pasado antes. ¿Dónde están los test? ¿Por qué no se ha empezado antes a realizarlos, de forma masiva y sistemática cuando ya se sabía en febrero que era la clave para cortar las cadenas de transmisión? Ahí está la clave, la estrategia no es vencer al virus cercenando los derechos constitucionales a golpe de decreto, que al virus no se le vence; la estrategia tenía que haber consistido en controlar la expansión de la pandemia para no colapsar ni el sistema sanitario ni la economía del país, como hizo Singapur, por ejemplo, reduciendo las pérdidas humanas y materiales, y ahí los test PCR son la pieza clave. Sorprendentemente, los laboratorios españoles de investigación siguen cerrados pese a disponer de máquinas de fabricación de PCR, que podrían haber facilitado las cosas. A estas alturas, la gran pregunta que cabe hacerse es si este caos es fruto de la negligencia y soberbia del Gobierno o está alimentando para implantar una agenda oculta.
Finalmente, para que pueda comparar datos le recomiendo esta web: https://www.worldometers.info/coronavirus/#countries
Hoy, 06/05/2020, España lleva registrados 250.561 casos, lo que constituye 5.359 casos por millón de habitantes, lejos de los 3.740 casos por millón que hay en EEUU. En España tenemos la triste ratio de 548 fallecidos por millón de habitantes, lo que constituye el doble que Estados Unidos, que tiene 218; nuestros datos son los peores del mundo. Si revisamos los datos de los países asiáticos, las diferencias son abismales, pero no hay problema, nuestro Gobierno dice que lo estamos haciendo muy bien, y un buen ciudadano, obedece y confía en su Gobierno.
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