La apertura de la temporada de salmón 2020 en Asturias
Señor Director:
Le rogaría la publicación de esta Carta como ampliación de la información que aparece hoy en LA NUEVA ESPAÑA titulada “Los pescadores de salmón celebran la vuelta al río el 26, pero con prudencia. Los aficionados del Oriente tachan de ‘cacicada’ que Galicia haya permitido abrir ya la campaña”. Dado que esta información se refiere en plural a “los aficionados” pero solo aparecen dos nombres, otro y el mío, puede entenderse que soy uno de los que suscribe la afirmación del subtitular cuando no es así.
Por el contrario, mi opinión es que la Xunta de Galicia está actuando correctamente en cumplimiento del espíritu y la letra del Plan de Desescalada que aprobó hace dos semanas el Gobierno de España, y en aplicación escrupuloso de dichas normas con sentido común en favor de los pescadores.
En este sentido realicé ayer unas declaraciones exclusivas a José María Carbajal de LA NUEVA ESPAÑA, cuyo texto completo remitido por email el día 6 de mayo a las 12.23 h es el siguiente:
Declaraciones a J. M. Carbajal sobre la apertura de la temporada de pesca 2020.
Opino “exclusivamente” como aficionado a la pesca del salmón.
Pesco desde niño y siempre me gustó poder pescar “cuanto antes mejor”, cuando llega la temporada. “Respeto a los que no quieran pescar, como espero que nos respeten a los demás”.
Aprendí que los pescadores somos los menos responsables de la disminución de truchas, reos y salmones, por mucho que “a algunos les interese que desaparezcan del río los pescadores creyendo que así aumentarán sus poblaciones, porque es falso”.
En plena desescalada del covid-19, no hay que estudiar mucha medicina para reconocer que la pesca del salmón o de la trucha garantizan la ‘distancia social’ mejor que las terrazas de los bares, porque implican ‘distancia física’, como sabe cualquier asturiano. En nombre de la protección de la salud “no se puede justificar tener cerrada la pesca de río”.
Por mi parte, “si un solo pescador puede ir al río, mejor que ninguno”. Y si vivir hoy a orillas de un río ofrece alguna ventaja para pescar, me alegro. Otros tenemos por vivir más lejos otras ventajas que ellos no tienen.
Soy firmemente partidario de que la Administración se dedique “todo el año” a prohibir ‘cazar’ y ‘pescar’ a:
– las plagas de los depredadores que acaban con las poblaciones,
– los que contaminan el río, no hacen funcionar las depuradoras y no protegen el hábitat de los peces,
– los que destrozan las orillas con encauzamientos y extracciones de áridos,
– los que pescan con red en el mar y en el río,
– los ‘bañistas’ del fusil submarino que no dejan un salmón cuando están las aguas bajas y sin pescadores en el río.
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