Las prórrogas del estado de alarma
La campana le ha salvado a Sánchez de fracasar en su cuarta y penúltima solicitud de la prórroga del estado de alarma, que ha podido solventar gracias al apoyo a última hora de Ciudadanos y del PNV.
Aunque estaba cantada la abstención del PP, por mucho que amagaran con el voto en contra, el presidente del Gobierno quiso amarrar el resultado favorable la noche previa a la sesión del Congreso, para poder dormir tranquilo sabiendo que saldría adelante su propuesta.
La cuarta prórroga del estado de alarma ha sido aprobada, pero el presidente del Gobierno se ha visto obligado a hacer una serie de concesiones que desembocarán inevitablemente en la descentralización de la desescalada en favor de todas las autonomías. Un concepto similar al de co-gobernanza, acuñado por el partido en el Gobierno pero que, en la práctica, no ha funcionado realmente como una delegación de funciones, tanto en el aspecto territorial como en el sanitario.
En consecuencia, la quinta y última prórroga debería salir adelante sin problemas, y habrá que esperar y confiar que no se produzca ningún rebrote que no se pueda controlar, lo que va a depender en mayor medida de la responsabilidad de los ciudadanos que del resultado de cualquier votación en el Congreso.
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