«Polarizados»

31 de Mayo del 2010 - J. Manuel Fueyo Méndez, (Oviedo)

No te preocupes, paciente lector, si no entiendes el vocablo que utilizo como epígrafe, pues quizá no lo entiendan ni los académicos de la Lengua. Lo encontré entre las andanadas que le dirigía hace días el portavoz socialista en la Junta del Principado, don Fernando Lastra, a nuestro arzobispo, me gustó la palabra y se me ocurrió jugar con ella. Por si no estás al cabo de la calle, te diré que don Fernando respondía a unas críticas vertidas por don Jesús contra el Gobierno nacional. Dejo al margen las groserías proferidas por el portavoz socialista, que enrojecerían al patán más basto del chigre más cutre, y comento el argumento utilizado por el señor Lastra, que venía a decir que el debate político está tan «polarizado» (sic) que si el obispo quiere hacer política, que se presente a las elecciones. Si le oyes un pensamiento de tal calado a un ignorante en la taberna de la esquina, pasas del tema y hablas de fútbol, pero oído de boca de un cargo relativamente importante quedas «polarizado», dudando si llevaremos treinta y dos años de democracia o treinta y dos días. Pero haces memoria y recuerdas que es la película de siempre: pasa con gobiernos del PSOE, pasó con los del PP y pasó obviamente con el franquismo. Algunos gobernantes se endiosan de tal manera que se creen con derecho a no recibir críticas por su gestión y a repartir licencias para opinar sobre asuntos públicos. También es verdad que a veces hacen excepciones: si el que opina es un imán musulmán, como ya ocurrió, no se le dice ni pío, porque los «dodotis» son cada vez más caros; si opinan los Bardenes, Víctormanueles y demás estómagos agradecidos, tampoco se les manda que hagan una candidatura, pero, si el que opina es un obispo, se tiran a su yugular y le dejan «polarizado». Si juegas a ponerte en la piel del portavoz, hay que reconocer que su misión es harto complicada.

Imagínate, sufrido lector, que el lunes te mandan anunciar la oferta del cheque-bebé y el martes te dicen que se suprime; imagínate que el miércoles te sugieren vender la especie de que las pensiones no se van a congelar y el jueves aparecen recubiertas de hielo. Anteayer proclamabas con juvenil entusiasmo el eslogan «OTAN no» y ayer te obligaron a olvidarlo y a decir «OTAN sí»; anteayer a alguno de tus jefes se le ocurrió combatir a los terroristas con el siniestro GAL y ayer se pusieron a negociar con la banda etarra. Ciertamente el encaje de bolillos es un juego de niños, comparado con la portavocía de un partido. O tienes rostro de pedernal y estómago de elefante o no hay corazón que soporte tales vaivenes. Por eso resulta explicable que a algún portavoz se le vaya la pinza de vez en cuando. Menos mal que el cargo viene aderezado con un sueldo más que suculento; menos mal que la parienta, casualidades de la vida, consiguió acceder milagrosamente a otro cargo público. ¡Cómo progresan los «progres» y qué lejos quedan los románticos tiempos de militancia en el PC! Del futuro no digo nada, porque no sé en qué asalto va la pelea por la poltrona entre Álvarez y Fernández. En todo caso, los mejores deseos para don Fernando y, sobre todo, para los nietos de los nietos de don Fernando. Ojalá ellos puedan disfrutar de un país normalizado: un país en el que los cargos políticos se hayan reducido en número notablemente, en el que dichos cargos tengan duración limitada a dos legislaturas, en el que acepten las críticas sin ponerse como basiliscos, se presenten a las elecciones en listas abiertas, no fijen ellos su propio sueldo, no enchufen a sus cónyuges u otros familiares... Y el contribuyente pueda poner muchas «x» en su declaración de la renta para decidir en qué se emplean sus euros y a qué vamos van a parar.

En fin, para no perder la costumbre de mirar con un ojo hacia fuera y con el otro hacia dentro, contemplo mi casa eclesial y veo también cosas «polarizadas». Y lamento tener que referirme de nuevo en tan breve lapso de tiempo a la cadena Cope, cuyos directivos han tenido ahora la ocurrencia de promover una campaña pidiendo elecciones anticipadas. Hay cosas que resulta más fácil definir en negativo que en positivo: decir lo que «no son» en vez de lo que «son». Quizá pase algo de esto con la cadena episcopal. Servidor no tiene muy claro todo lo que debería hacer la Cope, pero sí tiene claro que no pinta nada promoviendo campañas para pedir elecciones anticipadas. Será una opinión discutible, pero es la mía.

J. Manuel Fueyo Méndez, párroco de Nuestra Señora de Covadonga

Oviedo

J. Manuel Fueyo Méndez,

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