Mi palabra es la ley
La Ley no escrita de “por mis cojones” tiene consecuencias terribles para quien sufre esa sentencia. Hablo de una terraza de bar sin ningún tipo de licencia ni permiso situada en la calle Ría de Avilés. Escudado en estar arropado por los soportales del edificio, ha decidido colocar una terraza de ciertas dimensiones para la que no necesita más permiso que el de la comunidad de vecinos.
Permiso que efectivamente hemos denegado en repetidas juntas y votaciones.
Caso omiso de lo votado, continúa explotando y beneficiándose de una terraza por la que no paga ni un solo euro a nadie, ni Ayuntamiento ni a comunidad. ¡Negocio redondo!
Agotadas todas las vías legales y a la espera de que se resuelva en el Juzgado, los vecinos tenemos que soportar una terraza bajo nuestras viviendas.
Llamadas constantes a la Policía Local por ruidos y basura acumulada es el precio que pagamos por culpa de un hostelero que pretende hacer dinero a toda costa, saltándose todas las leyes escritas y con total impunidad.
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