A ti que no te preocupas
Hoy he vuelto por fin a trabajar casi con completa normalidad.
He llegado contento a casa en la franja horaria de paseo y he aprovechado para salir.
Me ha sorprendido que pocos llevábamos la mascarilla y la cantidad de gente que había paseando por la calle.
He empezado a fijarme en las caras de los que me iba cruzando, me miraban con extrañeza, me han hecho sentir como “el raro”, en lugar de lo contrario; incluso me ha parecido escuchar algún comentario al respecto.
He estado a punto de parar y explicar lo siguiente:
- Anoche tuve que ir a dormir a 400 kilómetros de casa.
- Hoy he tenido que madrugar mucho para poder hacerme el test del covid antes de poder entrar en un quirófano a trabajar.
- He vuelto conduciendo a casa comiendo algo en una gasolinera por el camino.
- He salido a pasear protegido porque yo sé que estoy sano, pero quiero seguir estándolo para seguir con mi vida.
Tú, que no te preocupas por ti mismo ni por los demás, ¿me miras raro?
No creo que estemos aún preparados para salir de casa, no hemos entendido nada.
Mucha gente se juega la vida a diario por cuidarnos y tú sales cada tarde a aplaudir a las 20.00, pero no entiendes nada.
Eso va a durar mucho tiempo si seguimos así.
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