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Iglesia, Madre y Maestra

26 de Enero del 2009 - Juan Manuel Hevia Fisas

Así seguirá siendo gracias a Dios, aquel que todo lo puede en el amor, aunque sus hijos e hijas nos empeñemos en dar ante el mundo otro rostro de la Iglesia bien distinto al de Madre y Maestra.

Sé muy bien que esta afirmación se puede aplicar a muchos momentos de la historia, pero quiero aplicarlo al momento histórico que vivimos en Asturias y refiriéndome en concreto al monasterio cisterciense de Santa María de Valdediós.

Recuerdo que una vez un profesor en el Seminario nos sorprendió con la siguiente frase escrita en la pizarra: «rex eris si recte facies, si non facies non eris», que literalmente dice «rey serás si obras rectamente, si no obras no serás». Aquel buen profesor nos decía que si sustituíamos «rex» por cualquier otro término referente al servicio a los demás la frase tenía igualmente validez. En aquel momento nos hizo gracia porque enseguida la sustituimos por el superior que entonces teníamos en el Seminario; así éramos y así, por desgracia, seguimos siendo en muchas ocasiones. Pero el paso del tiempo ha ido haciendo que el «rex» lo vaya sustituyendo frecuentemente por el «sacerdos» a la hora de revisar mi ser sacerdote y eso a veces se convierte en algo muy difícil de hacer.

Pues bien, esto quiero aplicarlo ahora a Valdediós, preguntándome lo siguiente: ¿cuántos de los implicados –y de los que pudieran implicarse– en el cierre y consiguiente expulsión de los monjes pueden sustituir el «rex» por el ministerio, cargo o servicio que desempeñan sin ponerse ni tan siquiera colorados? ¿Sus actuaciones, sus silencios, sus omisiones, sus palabras podrán considerarlos «rectos»? ¿Cuando hablen de justicia y de caridad fraterna les saldrán las palabras sin dificultad?

Siempre se dice que la historia, además de maestra, es juez y que el tiempo lo dirá todo. Pero agarrarse a eso es un consuelo bien triste. Yo no sé si son muchos o pocos los que recuerdan las condiciones en las que estaba el monasterio cuando llegó la comunidad cisterciense para retomar en aquel valle la vida monástica. Tampoco sé cuántos jóvenes se formaron allí en distintas disciplinas artesanales con motivo de la restauración del todo el conjunto arquitectónico, ni lo allí invertido por los distintos gobiernos autonómicos y nacionales. Asimismo, desconozco cuántas personas han ido pasando por la hospedería del monasterio, ni lo que fueron viviendo, disfrutando, compartiendo, contemplando y orando… De la misma manera tampoco sé cuántos han celebrado allí la eucaristía según el rito mozárabe, con bastante más veteranía, si cabe decirlo así, que el rito tridentino –dicho sea de paso–. Pero lo que sí, más o menos, atisbo es lo que pierde la Iglesia de Asturias y, con ella, todo el Principado.

Sumario :

En defensa del Monasterio Cistersiense de Valdediós

Para muchos es algo meramente anecdótico, para otros es cuestión de lucha ideológica… Hay quien dice que es un enfrentamiento de personas… Unos dicen que de Roma viene lo que ha ido previamente… Otros que viene sin más de Roma… Pero el caso es que cuatro hermanos, cuatro personas, van a ser expulsados de un monasterio del que han hecho su casa, su hogar de trabajo, de oración y de acogida. Y al final parece hacerse realidad el dicho de que «entre todos la mataron y ella sola se murió…».

Los experimentos con gaseosa, por favor. Valdediós es mucho más que un edificio… Y nuestra Iglesia ya cuenta en estos últimos años con varios experimentos de ésos; así que si los que pretenden ocupar el monasterio en breve acaban por irse al cabo de un invierno ¿qué va a ser de Valdediós y de lo que representa? ¿Quién lo va a ocupar y mantener con dignidad como monasterio que es? ¿O acaso va a acabar convirtiéndose en nuevo parador turístico? ¿Qué explicación hay para lo de ahora y cuál va a ser la de después?

Y eso de que el tiempo todo lo dirá no es cierto, muchas cosas habrán quedado en el olvido a sabiendas.

Lo siento, Padre, pues otra vez nos empeñamos en dar rostro a la iglesia más mundana, no a la Iglesia que tú quieres. En fin, confío en ti.

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