Otros mayos
Recuerdo con nostalgia otros mayos, aquellos en los que la mayor preocupación, y ya era bastante, no era otra que saber que tenías dos días para preparar un examen del que no tenías ni la más remota idea, debido al desinterés que habías mostrado durante el curso en esa asignatura entre otras. Este mayo la preocupación es descubrir si el "todo va a salir bien", que no paramos de leer y escuchar, es real o ha superado en falsedad a la promesa de amor eterno que te profirió tu ex un martes por la tarde. Nadie, a excepción de quien tenga fe ciega en la fortuna, nos puede asegurar que todo va a salir bien, aún así no disponemos de un método más efectivo para seguir adelante que creer en ello. Creer en que un día dejaremos caer en el olvido eso de qué porcentaje pueden abrir los bares, que las fases solo sean de clasificación y que no nos importe desconocer términos como, por ejemplo, PCR.
Puede que, en próximos mayos, los estudiantes vuelvan a pensar cómo diantres han llegado hasta ahí sin saber siquiera el nombre de la asignatura, que los afortunados que tengan trabajo jueguen a descifrar con sus parejas y/o amigos cuál es la quincena buena del verano para cogerse las vacaciones y que, en general, tras un día, haya sido bueno, malo o incoloro, nuestra conversación más trascendental sea si nuestro equipo va a ser capaz de ganar el domingo o sobre quién puede reinar en el Giro de Italia.
¿Vendrán tiempos mejores? Espero que sí, así lo sueño.
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