El olvidado Galdós
Este año se cumple el centenario de la muerte del intelectual canario Benito Pérez Galdós, apenas recordado hoy, cuando es uno de los pilares más importantes de la literatura española. Ha sido comparado con Cervantes, este como base y partida de esa literatura en la llanura de La Mancha, allá en su tiempo, y Galdós lo mismo en el suyo. Porque Pérez Galdós fue un literato completo e irrepetible, un verdadero fenómeno de las letras, de cuanto escribió y publicó, que fue de todo, novela, teatro, cuentos, ensayos, cartas, artículos periodísticos y, sobre todo, sus "Episodios Nacionales", que es su obra cumbre, asombrosa, que hace de Galdós un verdadero historiador de su tiempo con un matiz novelesco que hace que sus "Episodios Nacionales" tengan un verdadero encanto y amenidad. Y que han servido de base a muchos historiadores nacionales y extranjeros.
Pérez Galdós irrumpió sorprendentemente en la vida literaria carpetovetónica, siglo XIX y principios del XX eclipsando a los novelistas Azorín y Baroja, que estaban en el candelero de la novelística de entonces. La envidia de los mediocres surgió contra Galdós, hasta el extremo de torpedear la posible concesión del premio Nobel de literatura. Por otra parte, cuando el noruego Nobel creó ese premio que lleva su apellido, lo hizo entonces con una tendencia conservadora y de derechas, y Galdós era todo lo contrario, pero más bien moderadamente. El nunca fue extremista porque era de una gran condición humana, afable, bondadoso, que prodigaba amistad por cuantos sitios fuera. Sí, Galdós fue merecedor del premio Nobel de Literatura, que se le dio luego a Echegaray.
Galdós, de matiz republicano, nunca fue admitido ni considerado por aquellas dictatoriales e impopulares monarquías borbónicas que en 1931 pasaron a los sótanos de la historia. Que por muy poco tiempo nuestro literato no llegó a ver. En el centenario de su muerte, Galdós sigue siendo un vergonzoso olvido.
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