Sobre esto y lo de uno
Para los no duchos en "Nepología" (ciencia que se ocupa del estudio de la idiosincrasia del Nepo como si le pudiera importar a alguien), quiero dejar claros algunos conceptos.
No soy de nadie, bueno, me explico, siempre fui y seré "el Juan Luis de la Carmen" y de un tiempo a esta parte soy "el Nepo o el Juan de la Gemma".
Aclarada esa vertiente nunca tuve carné ni una ideología como estática esencia. Vuelvo a explicarme, me considero de izquierdas pero solo estoy convencido de que no existe ningún dios, y que el mundo funcionará mejor con justicia social.
A partir de eso, llevando lo cuántico al momento actual, nunca fui de Pedro Sánchez. Es más, no me agradaba especialmente y me parecía vacuo y vacío, todo fachada, pero acabé prefiriéndolo a Susana Díaz, que me recordaba lo menos bueno del socialismo de toda la vida. Todo esto dicho siempre desde fuera, pero con todo el derecho a opinar que tiene el de fuera también.
Pablo Iglesias nunca fue santo de mi devoción y sigue sin serlo. No me gusta su evidente egolatría y el mesianismo del que hace gala.
Ahora bien, a este último le reconozco la capacidad de animal político y la honestidad en lo colectivo. Estoy convencido de que su ambición no es más que política e histórica, nunca lucrativa.
Partiendo de esa base, las alternativas a ambos me parecieron inasumibles desde el primer momento. El estilo Casado provocó añoranza de la era Rajoy y el resto de dirigentes, a mi entender, claro, dan más que pena y dolor.
Me congratulo de que no esté gobernando ni gestionando esta crisis viendo las formas de ejercer la oposición o el gobierno en algún sitio de los que tienen poder. En alguno, porque no todo es blanco ni negro y hay autonomías y ayuntamientos en que sus gobernantes dan más que la talla.
Estoy convencido, hasta que alguien me demuestre lo contrario, de que el Gobierno actual está lidiando lo mejor que puede con una crisis que ha desbordado al mundo entero. Seguro que hubo errores, sin duda alguna, pero de ahí a criminalizarlos por un tsunami que nos desbordó a todos hay un gran trecho. Seguramente hubo más responsabilidades penales en otras gobernanzas, algunas probadas y otras aún por juzgar.
Me parece bien la actitud de no enfrentamiento ni de caída en provocaciones del actual Presidente, si bien hay que criticarle la falta de diálogo y búsqueda de consensos que hubo hasta ahora. La sensación de dar todo por sentado no es buena. Hay que dialogar, sobre todo en estos tiempos, y el respaldo parlamentario es bastante precario.
Definida mi posición o no posición política, quiero dejar claro que no soy palmero de nadie pero confío en la unidad y el diálogo para salir de una encrucijada que ni imaginábamos ninguno.
El pueblo necesita liderazgos, no gente cabreándolos continuamente.
Y vi a la izquierda hacer pactos de estado cuando la derecha gobernaba y a la derecha ladrar cuando era a la inversa.
Hablando de liderazgos, no voy a pronunciarme otra vez sobre el modelo de Jefatura del Estado que está quedando en evidencia un día sí y el otro también.
El patriotismo está en las UCI, en los hospitales, en las farmacias, en las patrullas de todos los cuerpos, en los militares desinfectando colegios, en los supermercados y demás comercios, en los agricultores, en los educadores, en los artistas, en las gentes de los balcones y de sus casas, etc. Nunca en las banderas como arma arrojadiza. Nunca en la palabra España y español como atribución sectaria y excluyente.
Se aceptan argumentos en contrario o que ignoren este, otro delirio de un confinado, siempre desequilibrado.
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