Sobre titulares de prensa
Circula una anécdota relativa a la visita del arzobispo de Canterbury a Estados Unidos allá por los primeros años del Siglo XX. Sus asesores le previnieron contra la prensa norteamericana del momento y sus preguntas, bastante más incomodas y políticamente incorrectas que las que el ilustre sacerdote estaba acostumbrado a escuchar en la vieja Europa. Le recomendaron que fuera muy diplomático y no se metiera en berenjenales. El prelado de la Iglesia anglicana intentó hacer caso al consejo de sus allegados y, cuando en la primera comparecencia ante la prensa le preguntaron qué opinaba sobre la proliferación de burdeles en zonas concretas de esa ciudad, de cuyo nombre no me acuerdo, el siervo de Dios contestó más o menos "Ah, ¿pero existen burdeles en esta ciudad?".
El titular en el periódico del día siguiente fue "El arzobispo de Canterbury pregunta si existen burdeles en la ciudad", titular a consecuencia del cual su eminencia adquirió tal fama de putero que ni su jefe fue capaz de quitársela.
Qué importantes son los titulares. Resumen el cuerpo de una noticia y bien usados son una herramienta de manipulación prodigiosa. Esta reflexión viene a consecuencia de un titular de LA NUEVA ESPAÑA que leí ayer y que decía textualmente "Detectados casos de ERTE en Asturias con trabajadores que no cobran desde marzo". Sin ánimo de ser exhaustivo, le diré que para dar ese titular no hace falta investigar mucho. Valdría bajar a la calle, al mundo real, y preguntar a la gente que está en un ERTE desde marzo si ha cobrado algo. Para ahorrarle el trabajo le diré que yo no. Mis compañeros de empresa, tampoco. Ni mi mujer. Ni mi hermana. Ni sus compañeras. Ni los amigos que tengo en la misma circunstancia. No ha cobrado nadie. Nadie que yo conozca. Y entre los cometidos de mi trabajo actual está la tramitación de ERTE, por lo cual, algo de información, aunque reducida a un pequeño círculo, tengo. Vista esa situación, un titular más apropiado sería: "Detectados casos de ERTE en Asturias con trabajadores que sí han cobrado desde marzo". Pero, independientemente del porcentaje de gente que pueda haber cobrado frente al que no ha cobrado, la mera existencia de gente que lleva desde marzo sin cobrar mientras tiene que alimentar una familia, pagar facturas de luz y gas que siguen viniendo, alquiler, etcétera, debería ser motivo suficiente para que una prensa libre que realmente cumpliera el cometido que la prensa debe tener en una sociedad democrática pusiese el grito en el cielo y denunciase esa situación aberrante.
En resumen, se trata de si la prensa hoy día quiere tener como modelo a Woodward y Bernstein o si, por el contrario, quiere ser como Hildy Johnson y Walter Burns. Es una elección que debe tomarla a quien le corresponda hacerlo.
De lo contrario, podemos seguir haciendo titulares de esta guisa: "Detectados ahogados tras el naufragio del 'Titanic'".
Un saludo.
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