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Planes, estrategias, comisiones, comités... humo

15 de Mayo del 2020 - Faustino Pozo Fidalgo

En diciembre de 2006 se publicó –supongo que para su aplicación en caso necesario– el “Plan nacional de preparación y respuesta ante una pandemia de gripe", modificando uno anterior. En este documento se establecen en aras de una "coordinación y estructura organizativa del plan nacional": comisión interministerial de..., comité ejecutivo nacional para..., comisión de salud pública, grupo técnico de coordinación, comité científico, subcomités del plan nacional (solamente cuatro). También incluye: "Planes de acción", "Reducción de la exposición", "Refuerzos del sistema de alerta", "Intensificar las actividades de contención rápida", "Preparación para hacer frente a una pandemia", además de los diversos objetivos y actividades desarrolladas, etcétera. Ítem más: en los correspondientes cuadros ya constan periodos, fases y niveles muy concretos. Este plan se desarrolló y quedó en vigencia desde entonces para la gripe aviar y "otros virus".

En 2017, influidos sin duda por la epidemia del virus ébola, se elabora y publica por la Presidencia del Gobierno un plan de "Estrategia de seguridad nacional". El capítulo 5 resume los objetivos generales y líneas de acción de la seguridad nacional. En las páginas 114 y 115, referidas a la seguridad frente a pandemias y epidemias, se enuncian los objetivos y se establecen las líneas de acción al respecto. Les invito a consultar ambos documentos. Para obtener una información básica, solo necesitarán analizar los cuadros resumen del primero y leer las dos breves páginas del segundo.

Todos los grupos de trabajo antes mencionados deben existir en las distintas comunidades autónomas y estar coordinados en/por el Ministerio de Sanidad.

Como ciudadano, sin vinculación a grupo político alguno, tengo interrogantes que extrañamente, al menos así me consta, no han planteado los colaboradores ni los opositores al actual desgobierno:

¿Cuántas reuniones de las distintas comisiones, los diversos comités y subcomités tuvieron lugar desde la epidemia declarada en el pasado mes de diciembre?

¿Podríamos tener acceso, transparencia, al acta final de cada reunión?

¿Se tuvieron en cuenta las recomendaciones de los citados documentos para los distintos periodos, fases y niveles de la epidemia que sufrimos?

¿Por qué no se adoptaron en tiempo y forma?

¿Había que esperar a los posibles buenos augurios tradicionalmente atribuidos a los idus de marzo?

SUMARIO: Interrogantes sobre la pandemia que no han planteado ni los socios del Gobierno ni la oposición

DESTACADO: Los egoísmos de un alto porcentaje de los actuales integrantes de los partidos políticos son un lastre que no podemos consentir; por favor, cambien el rumbo, consensúen actuaciones que permitan nuestra supervivencia como sociedad democrática, donde la libertad y la justicia social no tengan límites personales o partidistas

La OMS (Organización Mundial de la Salud), antes de los idus de enero avisó de la todavía epidemia y recomendó tomar medidas frente a la misma. El 30 de enero declaró la epidemia de covid-19 como una "emergencia de salud pública nivel internacional". Ignorancia absoluta.

El ECDC (Centro Europeo para la Prevención y Control de las Enfermedades), en los idus de febrero y antes de las calendas de marzo, recomendó tomar medidas de contención y evitar diseminación, con similar resultado: oídos sordos.

Hemos oído hasta la saciedad que no se sabía la gravedad de la epidemia. ¿Es posible que consultando y escuchando a verdaderos expertos, incluidos los organismos mencionados, el grado de conocimiento, o al menos de consciencia, hubiera sido superior? Nos tememos lo peor: sabiendo lo que podía venir, no respetaron los programas de prevención y no actuaron como debían. Grave irresponsabilidad.

Hemos oído reiteradamente a nuestros gobernantes, hasta primeros de marzo, que nuestro sistema sanitario estaba totalmente equipado y preparado para lo que pudiera sobrevenir. Pues bien, es un dolor insufrible lo que han padecido y padecen nuestros sanitarios en cuanto a la demanda de asistencia, sobrecarga de trabajo, la escasez de medios de protección y en consecuencia un riesgo muy alto de contagio y fallecimiento, como así ha sucedido. Alguien del desgobierno atribuyó su contagio a los viajes que realizaban, probablemente no estaba enterado que fueron las primeras reuniones, congresos, etcétera que se suspendieron en las calendas de marzo a nivel nacional; en la segunda quincena de febrero ya lo habían decretado algunas comunidades autónomas. Ya teníamos los antecedentes de la suspensión del Mobile World Congress de Barcelona: se suspenden los congresos científicos y comerciales, pero no se suspenden manifestaciones –que son promovidas urbi et orbi con alegría y desafíos incontenible–, ni se suspenden eventos deportivos, ni congresos políticos. Grave irresponsabilidad.

Y llegaron los idus de marzo, que en el mundo romano –en el que participamos durante varios siglos– solían gozar de buenos augurios, pero se trocaron las esperanzas: día tras día comprobamos los resultados de la falta de información veraz, falta de previsión, carencias graves en la dotación sanitaria previamente asegurada, falta de organización, contradicciones frecuentes y además la recomendación de guardarse la personal opinión... solo existe una verdad: la oficial gubernativa, si dudas de ella eres, cuando menos, insolidario.

Pues no. No se puede contemporizar más con las organizaciones políticas que nos están conduciendo irresponsablemente, llevan rumbo de colisión y no quieren modificarlo. ¿Hay alguien con sentido común en el edificio custodiado por los leones? Creo que una mayoría de los ciudadanos comprende los errores "no interesados", somos humanos, pero no reconocerlos y enmendarlos es de necios. Los egoísmos de un alto porcentaje de los actuales integrantes de los partidos políticos son un lastre que no podemos consentir. Por favor, cambien el rumbo, consensúen actuaciones que permitan nuestra supervivencia como sociedad democrática, donde la libertad y la justicia social no tengan límites personales o partidistas. No hay excusas. Dejen de representar un enfrentamiento ancestral que –a ver si se enteran– a la gente de bien nos importa muy poco, queremos un futuro sin miserias y sin resentimientos. No traten de enfrentarnos y piensen en el bien de los ciudadanos antes que en el propio y adláteres.

Ciudadanos, los unos y los otros nos están inundando de cuentos; recordando a León Felipe: "Yo no sé muchas cosas es verdad, pero me han dormido con todos los cuentos... y sé todos los cuentos".

Esta cita pretende evitar palabrería innecesaria, nuestro refranero es sabio: "Obras son amores que no buenas razones".

Fue gran noticia la completa preparación de los contemporáneos gladiadores y su entorno, con la adecuada dotación sanitaria para el circo futbolero, gran anestésico social. Los sanitarios y los demás podemos esperar... quo usque tandem...?

Con esperanza... a pesar de todo.

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