Donde estaba Luis Tresguerres no había pena
Luis Tresguerres era conocido y apreciado en Ujo y en cuantos lugares ejerció la Medicina. Luis Alberto Fernández-Tresguerres Suárez, todo un derroche de simpatía, buen humor y amistad. Donde estaba Luis no había pena alguna. Amante de los niños, sus hijos primero y sus nietos después tuvieron en él a un padre excepcional y ejemplar. Pues bien, Luis Tresguerres se nos acaba de ir en Oviedo, en donde últimamente residía con su fiel esposa, Demetria. No quiero pensar lo que para ella va a suponer ahora la ausencia de mi entrañable amigo. Que Dios le dé el consuelo y ayuda que necesita, y que uno desea tanto a ella como a sus hijos, todo ello extensivo a su hermano mayor, Jesús, militar y arquitecto, toda una personalidad galardonado con el título de Mierense del Año. Luis también lo ostentaba, por su gran labor y cometido como director, en su día, del Hospital Álvarez Buylla.
La amistad con Luis Tresguerres, que data ya desde la infancia, fue mayor debido a que uno compartió después toda clase de sufrimientos, en 1936, con sus hermanos Pepe y Pedro, de 15 y 13 años, respectivamente, que terminaron siendo arrojados a los Altos Hornos de Fábrica de Mieres, criminal fin del que uno, dos días antes, se libró milagrosamente. Este caso, como tantísimos otros, no figura en esa amañada «Memoria Histórica», que no es completa porque únicamente afecta a las víctimas de un solo bando. Y en ambos bandos contendientes hubo idealistas combatientes y viles asesinos. Todos, además, eran hermanos e hijos de la misma madre: España. Otro hermano de Luis, Andrés, mayor que él, encontró la muerte pilotando su avión de combate. He aquí una familia que perdió a tres de los suyos en aquella guerra cainita.
La gran humanidad de Luis, su arrolladora simpatía y hombría de bien se nos hace imposible que se hayan podido ir para siempre. El dolor y la soledad me abruman, amigo mío. Hasta siempre, querido Luis, y un fuerte abrazo desde esta otra orilla de la vida.
Ricardo Luis Arias
Aller
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