T'estimo molt
"La vida de los muertos perdura en la memoria de los vivos" - Ciceron. Hace ya un año desde que decidiste coger un billete de ida que jamás será de vuelta, hace un año que pasaste de ser mi guardia en vida a ser mi ángel de la guarda. En definitiva, hace un año que sigues más presente que nunca. Escribo estas palabras mientras mis ojos se inundan como el "Titanic", pues mentiría si dijera que no lloro cada eterno minuto y cada maldito segundo. Muchos decían, y dicen, siempre en sus frases la palabra "fue" y para mí siempre será "es", puesto que para mí nunca te fuiste. ¿Sabes qué? Mucha gente dice que solo muere aquel que cae en el olvido y tú solo te fuiste de viaje espiritual, pues nunca jamás caerás en el olvido.
Aún recuerdo aquella mañana de jueves cuando tuve la sensación de recibir un jarro de agua fría. No podía creerlo, pensaba que aquello era un mal sueño del que simplemente tenía que despertarme. Al cabo de una hora me di cuenta de que aquello era real, de que te habías ido. Simplemente puedo decirte que te querré al igual que tú me querías a mí. Dicen que de los mayores siempre se aprende, aunque no te gustaba que te llamara "tiabuela" porque aquello sonaba a los años cuarenta, época de la que siempre dije que fuiste parte y a lo que tú me respondias con tu fina indiferencia, mirada por encima de las gafas y ese habitual carraspeo que emulaba el sonido de una moto al arrancar.
De ti aprendí que hay que exprimir la vida y saborear cada litro que nos proporciona, pues esto es bien corto y nunca sabes cuánto te tocará irte a la estación. Al principio sabías que ir a tus clases no era de mi agrado y menos a las cuatro de la tarde. Menudo inocente era, porque después, a medida iba creciendo, esperaba ansioso la hora de poder estar contigo. Hay una cosa que nunca te dije, y es que a veces llegaba unos minutos tarde para estar más tiempo contigo, aunque pensaras que era un poco vago, que también. Aún recuerdo me gritabas: "¡Sodio NA, NA!", y hasta hace poco recordábamos, entre eternas carcajadas, ese elemento de la tabla periódica que jamás se me olvidará.
Tus clases no eran lo mismo sin tus cigarros y ese olor, marca de la casa, que se impregnaba en las hojas arrancadas donde hacía los exámenes que me ponías. Por no hablar de ese calor sahariano que había en el salón, o en la cocina, en invierno y primavera por la calefacción. Más de una sudada pillé por aquellos lares. Sé que es duro no hablar vía WhatsApp contigo ni acercarme los fines de semana a verte mientras nos abrazamos muchísimo cuando me abrías la puerta. Ten por seguro que por mucho que pasen los años, nada ni nadie me hará olvidarme de tí. T'estimo tía. Moltes gràcies per tot, et trobaré moltíssim a faltar.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo

