Spain is different!
Este escueto eslogan, para promocionar turísticamente nuestro país, lo puso de moda en 1960 el entonces ministro de Turismo, Manuel Fraga Iribarne. El desaparecido político gallego pretendía con ello abrirse a Europa, cuando la mayoría de los países del viejo continente consideraban a España un lugar remoto y aislado de sus vecinos...
Hecha esta breve introducción, no es precisamente de turismo de lo que quiero hablarles hoy. Lo que pretendo exponer, utilizando aquel viejo eslogan de ¡España es diferente!, tiene que ver con la actual y grave situación por la que atravesamos los españoles como consecuencia de la pandemia mundial ocasionada por el covid-19.
Verán, resulta insólito y de una irresponsabilidad que raya en lo intolerable, el comportamiento que algunos ciudadanos están teniendo en esta primera fase de la denominada desescalada. ¿Cómo es posible que en un país en el que ya han fallecido por el covid-19 casi 27.000 personas, donde el número de infectados se acerca a los 300.000, haya españoles cuya mayor preocupación sea la de que se abran pronto las terrazas de los bares, se inicie la Liga de fútbol lo antes posible o se pueda ir o no a la playa?...
¿Es que nos hemos vuelto todos locos? ¿Es que ya hemos perdido el sentido común para no darnos cuenta de la gravísima situación a la que nos vamos a tener que enfrentar; con miles de empresas cerradas y casi tres millones de parados, con unas pensiones cuyo futuro cada día se vislumbra más incierto? Un país con una juventud sin futuro, ya que en esta ocasión la crisis no es solo de España, afecta al resto del mundo. Nos enfrentamos a una crisis global, no solo en lo sanitario sino también en lo económico.
Por eso, cuando veo la televisión y nos cuentan que la Policía ha tenido que sancionar a cientos de ciudadanos por no respetar las normas de seguridad en esta primera fase del desconfinamiento; que se ha detectado la celebración de decenas de botellones por media España, así como locales de ocio hacinados de gente joven, me pregunto, ¿qué pasará cuando lleguemos, si es que llegamos, a la última fase?
En Asturias hemos mantenido un confinamiento ejemplar, sin embargo en estos dos primeros días en que la gente se ha empezado a mover con mayor libertad estamos dando muestras de unos comportamientos de irresponsabilidad que hasta al propio Barbón le preocupan: "Si no somos capaces de controlarnos y de asumir cada uno una mayor responsabilidad de sus actos, respetando las normas, es posible que dentro de diez días tengamos que volver al confinamiento", ha asegurado el presidente del Principado en las últimas horas.
Y es que, como decía al principio de esta carta, España y los españoles somos diferentes. En esta ocasión, y muy a nuestro pesar, no queda más remedio que darle la razón a D. Manuel Fraga Iribarne: "Spain is different!", aunque en este caso lo seamos para mal.
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