Cuando la muerte solo es noticia
Diariamente, el doctor Simón, portavoz del Gobierno, informa a la ciudadanía de cómo va la guerra contra el coronavirus y las bajas causadas por el mismo. Es el parte oficial de guerra, que todos esperamos con pesar y sentimiento. Y que nos es dado como si se tratara de una simple noticia, algo así como se da el tiempo que va a hacer en la Península, esto es, si hará sol y calor en el Sur y lluvia y frío en el Norte, pongamos como ejemplo. Y nos sobrecoge y entristece escuchar al doctor Simón decir, comparativamente, que vamos mejorando porque si ayer hubo cincuenta muertos hoy hay diez menos. Dicho así, fríamente, como si en vez de personas se tratara de cosas.
El presidente del Gobierno, ministros y algunos otros informadores suelen decir lo mismo, si bien algunas veces se les escapa manifestar que lo sienten. Quienes de veras lo sienten y lloran, con angustia y decepción, son los familiares de las víctimas fallecidas en hospitales, son poder verlas, estar a su lado y poder despedir al ser querido con los actos funerarios y religiosos que son de obligado cumplimiento en toda defunción. Y el que se va, que a su vez lo hace también con tristeza y dolor en la cama del hospital, bien cuidado y atendido, sí, pero sin la compañía de sus seres queridos, padres, hermanos, marido, esposa, hijos o lo que sea. Y después, el féretro, como tantos otros más, a una improvisada morgue, a esperar su enterramiento en donde sea, y como sea, pero en silencio y sin familiar alguno. El maldito virus está llenando de angustia y color a miles de hogares españoles. ¿Hasta cuándo?
Cuando esto comentamos, el pandémico virus avanzando y causando víctimas por todas partes. Pues bien, señor Simón, y demás informadores, estas víctimas no son números, son personas, conciudadanos, con nombres y apellidos, y unos familiares que hoy sufren y lloran su ausencia. Para esos familiares, nuestro respeto, cariño y sentimiento. Y un fuerte abrazo.
Ricardo Luis Arias
Aller
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