Ansiedad en la Educación Primaria
Ya no hay colegio, no está, no existe. Las aulas se han vaciado y los niños se han quedado solos de un día para otro. Algunas escuelas reaccionaron rápido y empezaron clases usando plataformas digitales, antes o después de Semana Santa. Solos ante la pantalla. Son los afortunados, porque recordemos que la brecha digital impide a demasiados niños seguir su curso con la poca normalidad que queda. De los que siguen online hay dos grupos: los que tienen varias clases y hacen tareas mientras ven a sus compañeros en pantalla y los que tienen solamente una tutoría por semana y un montón de clases que seguir solos en casa mediante tareas programadas. Exigir a un niño de 10 años que se ponga solo con un horario de seis clases diarias durante cinco días es de locos, esto no es clase, no es escuela, no son maneras de tratar a unos niños que han perdido a sus compañeros, sus trabajos en grupo, sus recreos, sus paseos yendo y viniendo de la mano al colegio. Ir al colegio es un acontecimiento diario que se ha perdido en la nada y para este grupo que han dejado con una sola tutoría a la semana la soledad ante la pantalla es peor, les genera una ansiedad que pasará factura más allá el confinamiento.
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