Nuestro planeta por fin respira
Sinceramente creo que el mundo nos ha pedido a gritos un respiro, un soplo de aire fresco y tiempo para curar sus heridas.
Y cierto es que hemos maltratado a conciencia el único mundo que tenemos, la única opción de existencia humana conocida, no hay un plan B, no hay un mundo B para nosotros.
El coronavirus está siendo una catástrofe a nivel mundial de esas que se han vivido muy pocas veces en la Historia, pero se recordarán toda una eternidad. Confío en que después de lo malo siempre llega algo mejor.
Quiero pensar que está pandemia nos servirá para valorar lo que tenemos, para amar lo que nos rodea y sobre todo para humanizarnos, recordarnos que en equipo todo sale mejor, todo se arregla antes y que hoy estás arriba y mañana quizás ni estés.
El mundo se ha parado y la naturaleza ha seguido su curso, la contaminación en el aire ha bajado, los animales han vuelto a su antiguo hábitat, la nube negra que acechaba Madrid ha desaparecido, los pájaros cantan igual, pero se escucha más alto. En definitiva, la Tierra ha renacido, se ha cargado de energía y el ser humano de humanidad.
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