Batallas intrapandemia
Toda apunta a que nos encontramos próximos a entrar en la recta final del combate contra el covid-19, al menos hasta que se encuentre la vacuna que acabe con la pesadilla. En términos sanitarios y en vidas humanas el balance en España y en el resto del mundo está siendo catastrófico. Sin embargo, solo en España el debate político puede calificarse de miserable porque, una vez más, no se está pensando en cómo mejorar el proceso de desescalamiento para entrar en lo que se ha llamado “la nueva normalidad”, sino en cálculos electorales unos, o en reivindicaciones competenciales otros, que nada tienen que ver con salvar vida de las garras del covid-19
El Gobierno ha pedido al Parlamento la quinta (¿penúltima?) prolongación del estado de alarma para terminar con las fases de desescalamiento y las alarmas han saltado en el Pleno del Congreso al advertir que los grupos políticos que hasta ahora han apoyado al Gobierno en su lucha contra la pandemia no lo iban hacer. ¿Qué ha cambiado? Es conveniente resaltar una obviedad: sin estado de alarma no es posible culminar las fases de desescalamiento, porque la pregunta es: ¿con qué instrumentos político-jurídicos cuenta un Gobierno para hacer efectiva la lucha contra el coronavirus, en un país donde las competencias en sanidad, educación, servicios sociales, turismo... están transferidas a las CC AA?
1. El PP ha intentado presentar una supuesta alternativa que, más allá de inviable e ineficiente, sería caótica y los rebrotes estarían asegurados. El covid-19 camparía a sus anchas. Por lo demás, el discurso de Casado lleno de reproches, insultos, visiones apocalípticas, falta de respeto a la presidenta de la Cámara, culpabilizando a Sánchez de las 27.888 muertes que se ha llevado por delante el maldito virus, obviando que, su modelo a seguir (Ayuso), es la máxima autoridad de la sanidad madrileña ya que tiene todas las competencias, al igual que las residencias de mayores (privadas el 75%) donde han muerto 6.000 residentes. El cinismo no tiene límites.
2. Vox, a lo suyo, reproduciendo las técnicas que propiciaron la llegada al poder de Hitler hace 90 años.
3. A ERC de pronto le ha entrado un ataque de celos porque Ciudadanos vota a favor de la prórroga del estado de alarma. “Usted ahora se apoya en la derecha”, le ha espetado Rufián a Sánchez, sin querer reparar que el Gobierno sigue siendo un Gobierno de coalición de izquierdas (PSOE-Podemos) y que el apoyo de Cs solo es para la prórroga del estado de alarma. Sánchez le ha contestado: ¿Usted con quién gobierna en Cataluña, señor Rufián? (¿será necesario recordarle a Rufián que gobiernan con la derecha del PdCat, heredera de la corrupta derecha de CIU?... lo digo yo, no Sánchez). Es aquí donde entra lo miserable de la política. ERC, esta vez, no se pone del lado del Gobierno para terminar la batalla contra el covid-19, sencillamente porque solo está pensando cómo combatir a su socio de gobierno de cara a las próximas elecciones en Cataluña. Esa es la tragedia y la miseria.
4. El voto más sorprendente, sin duda, ha sido el del valenciano Joan Baldomí, quien, hasta hoy, había apoyado todas las prórrogas del estado de alarma, argumentando, esta vez, que el Gobierno le debe 881 millones a la Comunidad Valenciana. La pregunta es: ¿esta supuesta deuda no estaba presente hace 15 días o hace un mes, cuando sí apoyo las otras prórrogas? ¿Se debatía en el Parlamento los Presupuestos Generales del Estado o la prórroga del estado de alarma? Es lo que un castizo diría “mear fuera de tiesto”.
Lo que está ocurriendo en España es que, con los cadáveres todavía calientes (y los que todavía llegarán), los partidos políticos miserables empiezan hacer balance de resultados para rentabilizar su “gestión” durante la pandemia, bien de cara a los próximos compromisos electorales (Galicia, Euskadi, Cataluña) o bien para acabar con el actual Gobierno de coalición... como sea... por lo civil o por lo criminal.
Marcelo Noboa Fiallo
Gijón, 20 de mayo de 2020
PD. Anexo:
5. El Texto anterior se terminó cuando había finalizado el debate en el Congreso. Desconocía en ese momento el acuerdo entre PSOE-Podemos-Bildu, sobre la reforma laboral. Una torpeza más de este Gobierno al mezclar “churras con merinas”. Acuerdo innecesario (no quiero decir con ello que no sea necesaria la reforma laboral, que además está en el acuerdo de legislatura) en tanto en cuanto no era el momento, ni el Gobierno necesitaba los votos de Bildu para sacar adelante la prórroga del estado de alarma. Una torpeza porque en lugar de rentabilizar lo conseguido en el debate, en lugar de hablar de las infames declaraciones de PP/Vox, hoy no se habla de otra cosa que no sean las contradicciones, las rectificaciones, las aclaraciones de un pacto hecho en el peor momento del debate... “dinamita para los pollos”.
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